El Mundial de Clubes ha conseguido unir diversos estilos de fútbol y conectar a hinchas de distintos continentes. Un claro ejemplo de esta conexión se da entre el Espérance de Túnis y México; el vínculo entre ambos se fortalece a través de Emiliano Zapata y el Subcomandante Marcos, símbolos de lucha que sirvieron de inspiración para que los seguidores del club fundaran una facción ultra que se presenta como un grupo revolucionario.
Las banderas mexicana y tunecina se ven en las gradas del estadio Hammadi Agrebi, junto a camisetas con símbolos del movimiento zapatista. Esta pasión y colorido se han trasladado a las gradas de los estadios estadounidenses, por lo que no es raro ver la bandera tricolor colgada detrás de una portería, pese a que el equipo no es mexicano.
La Curva Sud Tunis, los ultras del equipo de Túnez, han lucido con orgullo las imágenes del caudillo Emiliano Zapata y el Subcomandante Marcos en la última década. Este grupo, siempre alineado con ideologías de izquierda y antifascismo, se identificó con los valores del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El grupo asistió recientemente a los partidos contra el LAFC de la MLS y el Flamengo de Brasil en el Mundial de Clubes, y el próximo martes disputará su pase a la fase de grupos contra el Chelsea de la Premier League. Durante ambos encuentros, las banderas mexicanas destacaron en las gradas, perpetuando una tradición que comenzó hace más de quince años.

Ahmar Farhati, miembro de la agrupación, declaró en una entrevista con el diario Los Ángeles Times que la influencia zapatista dentro de los ultras comenzó en 2011, durante las protestas que buscaron poner fin a los 23 años de mandato del presidente Zine El Abidine Ben.
La Revolución del Jazmín fue un levantamiento popular en respuesta a la corrupción, pobreza y represión política bajo el gobierno de Zine El Abidine Ben. Las manifestaciones se desataron tras el acto de Mohamed Bouzizi, un joven tunecino que, en protesta, se incendió frente a una oficina municipal en Sidi Bouz, luego de sufrir sobornos y la confiscación de su mercancía por parte de funcionarios locales.
La búsqueda de íconos fue esencial en esta prolongada lucha; la barra ultra del Espérance de Tunis halló en Zapata y el Subcomandante Marcos un símbolo de resistencia. Durante la revolución, animaban a su equipo en el campo y, en las calles, promovían los valores del EZLN para dignificar al pueblo tunecino.
“Vimos en Zapata un reflejo de nuestra propia lucha por dignidad y justicia. Su espíritu nos dio el impulso para organizarnos y cambiar las cosas desde la grada”, comentó un miembro fundador del grupo en una entrevista para DAZN.

Zapatista Esperanza 2007 tiene el objetivo de que su mensaje por la dignidad y la justicia traspase fronteras a través del fútbol, mientras que el equipo responde con fervor dentro del campo. Los miembros de esta agrupación ultra creen que este deporte tiene el poder de transformar vidas, unir continentes y generar revoluciones en una sola voz.
“Nuestro grito no finaliza en el estadio; es un llamado que sigue vivo en cada rincón donde luchamos por justicia social e igualdad de oportunidades”, subrayó otro fundador al mismo medio.
Espérance de Tunis se juega su pase a la siguiente fase del Mundial de Clubes contra el Chelsea, y se espera que la hinchada del equipo esté presente, destacándose como una de las mejores aficiones en el torneo.