2 de septiembre de 2025 09:44

Boca: Tensión entre Russo y Rojo se intensifica antes de la depuración del plantel

A Boca le toman examen tras cada partido. Ahora, tras la decisión de un maestro de escuela que le costó la posibilidad de conseguir su única victoria en el Mundial de Clubes, la calificación fue insuficiente. Se esperaba que la situación fuera similar a la vivida ante los equipos europeos del Grupo C: no perdió contra el Benfica y la derrota por un gol ante el Bayern Múnich lo dejó al borde de la aprobación. Sin embargo, el triste empate final ante Auckland City postergó la alegría.

En este contexto, Boca enfrenta nuevamente un momento convulso. El regreso a Buenos Aires, en un vuelo chárter la noche del jueves, será con rostros largos. Este cierre del torneo en Estados Unidos ha destapado todos los problemas internos que arrastra desde hace meses. Aunque la llegada de Miguel Angel Russo fue un parche para afrontar la competencia internacional, ahora se convertirá en un depurador del plantel.

La primera situación que deberá gestionar es la de Marcos Rojo. El zaguero central no jugó en el Mundial de Clubes. “Es una decisión mía”, afirmó el entrenador antes del debut ante Benfica al optar por Ayrton Costa, quien se había incorporado al equipo apenas 48 horas antes.

La relación con Rojo se fracturó después del Superclásico, donde Fernando Gago salió eyectado y el defensor señaló que no estaban “en deuda” con la gente. Después participó en los partidos contra Tigre y Lanús, pero faltó a la práctica previa al encuentro con Independiente, y Mariano Herrón decidió dejarlo en el banco durante la eliminación ante el Rojo. Desde entonces, no volvió a jugar. En el Mundial, no soportó ser suplente y, tras el partido con el Bayern, se fue solo al gimnasio. Allí, habría tenido una fuerte discusión con Russo, quien ya advirtió que al llegar a Buenos Aires será momento de conversar.

La depuración del plantel es inevitable. Por ejemplo, Boca cuenta con cuatro arqueros. Chiquito Romero se marchará o se le rescindirá el contrato, ya que no ha vuelto a jugar desde la derrota ante River, donde intentó saltar a la platea para pelear con un hincha.

La situación de Frank Fabra es análoga: la afición no le perdona la expulsión ante Fluminense en la final de la Copa Libertadores 2023 (ya han pasado casi dos años) y su ciclo ha llegado a su fin. Mientras tanto, Marcelo Saracchi no desea ser suplente y buscará un nuevo club. Según información que ha trascendido, estos cuatro jugadores habrían abandonado el GEODIS Park de Nashville—con el resultado ya conocido—sin esperar a sus compañeros ni al DT. Por otro lado, Exequiel Zeballos también desea partir y se le buscarán ofertas, mientras que Luis Advíncula ha sentido el desgaste del Mundo Boca y forzará su salida.

El balance de Boca tras el Mundial de Clubes presenta aspectos positivos. Russo ya tiene claro cuál es su equipo (el que salió a jugar contra el Benfica) y confía en que, si juega como lo hizo ante los europeos, podrá competir en el Clausura y la Copa Argentina en busca del vital boleto a la Libertadores 2026.

No obstante, la imagen poco alentadora ante Auckland City dejó a Boca con un aplazado enorme en el boletín del Mundial. Además, se espera la llegada de Leandro Paredes para liderar un plantel que cuenta con Edinson Cavani como gran figura, aunque ya cuestionado por el público y sus compañeros debido al bajo rendimiento y las dudas que genera respecto a su estado físico.

Ahora, todo queda en manos de Miguel Russo, el director de la clase elegida por Riquelme para restablecer el orden en un plantel con líderes negativos, numerosos vicios deportivos y reclamos impertinentes ante lo que se ha demostrado en el campo de juego.