Un extenista revela la reacción de Sinner tras su derrota en la final de Roland Garros frente a Carlos Alcaraz

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Llegar a una final de Grand Slam representa uno de los momentos más difíciles en la carrera de cualquier tenista. Especialmente si la derrota se produce frente a un gran rival y tras estar tan cerca de ganar, como le sucedió a Jannik Sinner en Roland Garros. El joven italiano jugó su primera final de Grand Slam contra Carlos Alcaraz, en un partido que se definió de manera dramática tras haber tenido tres pelotas de partido a su favor. El resultado fue una dolorosa derrota que, como cualquier experiencia a este nivel, dejó su huella emocional.

Sin embargo, lo que Sinner hizo al bajar del escenario de la Philippe-Chatrier ha generado conversación. Darren Cahill, entrenador australiano y parte esencial del equipo del italiano, compartió una anécdota curiosa sobre cómo Sinner decidió desahogar su frustración. En una entrevista durante la cobertura de Wimbledon, Cahill contó que, al regresar a la zona exclusiva de jugadores tras el partido, Sinner se dirigió de inmediato hacia un jarrón de caramelos disponible en ese espacio. Sin pensarlo, el tenista vació gran parte de su contenido como una forma de liberar la tensión acumulada durante las semanas de competencia.

Según Cahill, este gesto tiene una explicación simple. Durante los 15 días del torneo en París, Sinner había seguido un estricto control de su alimentación, una rutina que los deportistas de élite suelen adoptar para maximizar su rendimiento tanto dentro como fuera de la cancha. Abstenerse de cualquier indulgencia, como los dulces, es parte del compromiso que los jugadores asumen al buscar la mejor versión de sí mismos en los momentos cruciales. Sin embargo, perder la final de la forma en que Sinner lo hizo, cediendo un liderazgo momentáneo ante un rival de renombre como Alcaraz, resultó ser emocionalmente agotador.

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz

“Dio todo en el torneo, fue muy disciplinado y siguió su plan al pie de la letra”, explicó Cahill. “Pero después de perder, creo que necesitaba ese pequeño acto de liberación. Ese jarrón de caramelos fue su recompensa, aunque no fuese la que esperaba”. El entrenador remarcó que esto es un recordatorio de la humanidad detrás de estos deportistas, a menudo idealizados como casi invencibles por su talento y logros.

Pasé varias noches sin dormir”, comentó Sinner en sus declaraciones antes del torneo de Halle. “Creo que las cosas están mejorando, pero ha sido complicado aceptar lo ocurrido. Sigo pensando a menudo en ese partido”, confesó. No evitó mencionar cómo los detalles de esa derrota lo han estado persiguiendo: “Lamento esos tres puntos de partido que dejé escapar ante Alcaraz. Es inevitable pensar en los ‘y si…’, pero debo superar esas emociones negativas y enfocarme en lo que puedo hacer aquí en Halle”.

Los tres récords que Carlos Alcaraz ha conseguido lograr antes que Rafa Nadal.

Consciente de la relevancia de mantener una buena preparación mental, Sinner buscó apoyo en su entorno cercano para sortear el impacto emocional. Después de la final, regresó a su hogar en Italia junto a familiares y amigos, apartándose por unos días del exigente ritmo del circuito profesional. “He estado relajado con mi familia. Hicimos una barbacoa, jugué al tenis de mesa, cosas normales, nada especial”, contó. Para el joven de San Cándido, pasar tiempo con sus seres queridos ha sido vital para recargar energías y reenfocarse. “Me gusta volver a casa cuando todo se vuelve abrumador. Allí es donde me siento seguro, con mis amigos y mi familia, que me conocen mejor que nadie. Ahora solo quiero dar lo mejor en este torneo”, afirmó.