La carrera de Dele Alli ha entrado en una fase de incertidumbre luego de un nuevo contratiempo profesional. El futbolista inglés, quien llegó al Como en enero como una apuesta para relanzar su carrera en la Serie A, y fue recibido por Cesc Fàbregas como una ocasión de redención, se encuentra actualmente fuera del primer equipo y sin perspectivas claras de futuro en el club italiano.
A sus 29 años, Dele Alli firmó a principios de año un contrato de 18 meses con la esperanza de dejar atrás años marcados por lesiones, problemas extradeportivos y una caída abrupta de su rendimiento. Poco después de su llegada al norte de Italia, la expectativa en torno a su participación creció, y sus primeras semanas estuvieron marcadas por la confianza que Fàbregas depositó en él. El club apostó por su recuperación física y emocional, integrándolo en la dinámica del equipo, que buscaba consolidarse en la élite tras su ascenso.
El punto de inflexión ocurrió el 10 de marzo, cuando Dele Alli vivió una noche amarga en San Siro. Ingresó en los minutos finales frente al AC Milan, en lo que marcó su debut oficial en la Serie A y su primer partido en casi dos años, después de un largo período de inactividad y recuperación. A los nueve minutos de su ingreso, una falta sobre Ruben Loftus-Cheek, revisada por el VAR, resultó en tarjeta roja directa y llevó a su expulsión. Ni siquiera la intervención de Kyle Walker, uno de sus antiguos compañeros en el Tottenham, pudo cambiar la decisión del árbitro. Fue el único partido que disputó con la camiseta del Como desde su llegada.
Después de esa expulsión, Dele no volvió a sumar minutos. Fàbregas decidió excluirlo sistemáticamente de las convocatorias y la apuesta inicial del club por el mediocentro se desvaneció. Problemas musculares y físicos, que han perseguido la carrera de Alli durante años, contribuyeron a su marginación del grupo principal. Según reportes de medios italianos y británicos, como La Gazetta dello Sport y DailyMail, el jugador inglés se entrena actualmente de forma individual, alejado del plantel, junto a otros futbolistas que no están en los planes deportivos.

La situación se complica por la escasez de oportunidades en otros clubes. Alli, quien en su mejor momento lideró al Tottenham y recibió elogios de figuras históricas como Sir Alex Ferguson, observa cómo su futuro profesional se desvanece progresivamente. La prensa deportiva italiana ha sugerido que el futbolista evalúa seriamente la posibilidad de retirarse si no encuentra un nuevo destino antes de que cierre el mercado.
Su caída coincide con una historia personal marcada por dificultades y superaciones. Alli ha compartido en entrevistas los episodios de abuso sexual, violencia y marginalidad que sufrió durante su infancia en Milton Keynes, una realidad de la que escapó gracias al fútbol. Alcanzó la élite europea, fue internacional con Inglaterra, disputó finales con el Tottenham y se erigió como una de las promesas más brillantes del fútbol británico. Sin embargo, la secuencia de graves lesiones –incluida una rotura muscular de ingle que lo mantuvo alejado casi un año– y su lucha con adicciones le impidieron consolidar una carrera proporcional a sus inicios.
En su última etapa, los problemas extradeportivos se intensificaron. Tras ser asociado con el consumo de la droga “hippy crack” en 2023, Alli admitió haber caído en el abuso de pastillas para dormir y alcohol tras una frustrada cesión al Besiktas en Turquía, que culminó con su retorno anticipado al Reino Unido a causa de una lesión de cadera. El Everton, club que posee sus derechos, apoyó su ingreso a un centro de rehabilitación. El futbolista manifestó públicamente su gratitud por el respaldo recibido, aunque no logró volver a competir con la camiseta del club inglés.
Las próximas semanas se presentan clave para el futuro de Dele Alli. Sin convocatorias en Como, sin minutos en el terreno de juego y con escasas opciones de encontrar un nuevo equipo, el futbolista se enfrenta a la decisión de abandonar el fútbol profesional.