El Gran Premio de Hungría 2025 dejó un amargo sabor en Ferrari, que llegó al trazado de Hungaroring con grandes expectativas. Charles Leclerc, quien había conseguido la pole position el sábado y mostró un notable ritmo competitivo en las primeras fases de la carrera, vio desaparecer todas sus chances de victoria debido a un problema técnico que condicionó drásticamente el rendimiento de su SF-25. La decepción del piloto se reflejó tanto en sus declaraciones públicas como en sus comunicaciones por radio durante la prueba.
Ferrari comenzó el fin de semana con la esperanza de conquistar su primer triunfo del año. Las sensaciones positivas se mantuvieron hasta la segunda parada en boxes de Leclerc, quien ocupaba posiciones de vanguardia y todo parecía bajo control. Sin embargo, a partir de la vuelta 40, el panorama cambió radicalmente. El monoplaza número 16 perdió rendimiento de manera abrupta, lo que alejó a Leclerc de la pelea con McLaren y también le impidió defender el último escalón del podio, finalizando en la cuarta posición en una carrera caracterizada por la frustración.
Al finalizar la carrera, Leclerc explicó ante los medios lo sucedido con su coche: “Obviamente en el coche no tenía toda la información, pero ahora la tengo. A partir de la vuelta 40 tuvimos un problema de chasis. A partir de ahí fui un pasajero, no pude hacer nada. Sentí mucha frustración en el coche porque pensé que el problema venía de otra decisión tomada en el coche, pero no fue así.”
La versión de Leclerc contrasta con la ofrecida por el director del equipo, Frédéric Vasseur, quien mencionó posibles problemas con la presión de los neumáticos como factor determinante. A pesar de esta discrepancia, para el piloto monegasco el diagnóstico es claro: el chasis fue el elemento que lo privó de un mejor resultado.
Durante la carrera, la tensión entre el piloto y el muro de Ferrari fue palpable en las comunicaciones por radio. “Vamos a perder esta carrera con estas cosas. Estamos perdiendo mucho tiempo”, expresó Leclerc mientras aún lideraba. Poco después, la frustración aumentó y alcanzó a su ingeniero: “Esto es increíblemente frustrante. Hemos perdido toda competitividad. Solo tienen que escucharme. Habría encontrado una forma diferente de gestionar esos problemas. Ahora es simplemente inmanejable. Inmanejable. Es un milagro si terminamos en el podio”.
Leclerc no ocultó su desencanto por los hechos, especialmente porque en Hungría había vislumbrado su mayor posibilidad de triunfo de toda la temporada. “La decepción y la frustración están presentes en todo momento, porque si hubo una oportunidad en la temporada en la que podíamos haber ganado, era hoy. El ritmo estaba allí hoy. En el primer stint lo hubo, en el segundo hasta la vuelta 40 más o menos. Luego, en las últimas 30 vueltas, perdimos alrededor de 45 segundos… Estoy muy decepcionado, pero así es la carrera. Y ahora que entiendo lo que sucedió entre bastidores… Son cosas que no se pueden prever.”
El piloto monegasco fue enfático en su crítica sobre el desarrollo del campeonato y el desempeño general de Ferrari en 2025. “De esta primera parte de la temporada no salvo nada. Estoy muy decepcionado, porque cuando tenemos una oportunidad de ganar, hay que aprovecharla, y hoy no lo hemos logrado. Por ahora, eso es lo que me queda de esta primera parte de la temporada.”
A pesar de los avances reconocidos en el desarrollo del monoplaza, Leclerc admitió que las circunstancias actuales dificultan vislumbrar los progresos logrados: “Seguramente se han dado pasos adelante, estoy contento con el esfuerzo que hemos realizado para lograr estas actualizaciones, pero en días como este es muy complicado ver las cosas positivas, estoy muy decepcionado.
El panorama general para Ferrari resultó sombrío. Lewis Hamilton quedó fuera de los puntos tras finalizar en duodécima posición, y el propio equipo ha comenzado a redirigir su atención y esfuerzos hacia la temporada 2026. La Scuderia abandonó Hungría con la convicción de que el actual campeonato se ha transformado en una travesía cuesta arriba y la sensación de que las oportunidades desperdiciadas pesan cada vez más en Maranello.
