Sergio Ramos revela su debilidad por un alimento poco saludable: “De joven era un obseso”

Sergio Ramos ha construido su carrera en la alta competición futbolística no solo a base de entrenamiento y trofeos, sino también mediante una filosofía de vida en la que la alimentación juega un rol importante. Su enfoque une una disciplina estricta con placeres medidos que nutren tanto el cuerpo como el espíritu.

“Si te cuidás durante 29 días, no pasa nada por darte un gustito el trigésimo”, resumió el propio jugador en una conversación con el streamer Ibai Llanos. Esta frase captura una mentalidad que le ha permitido permanecer en la elite del fútbol mundial por dos décadas.

El defensor andaluz ha logrado diferenciar claramente entre nutrición y comer. Para él, nutrirse es proporcionar al cuerpo lo necesario para alcanzar el máximo rendimiento; en cambio, comer es un acto de placer emocional que también forma parte del bienestar.

“Hay que saber diferenciar lo que es comer y lo que es nutrirse. Vivís para y por tu trabajo, y la pasás mal, pero la clave está en gestionar esos momentos de indulgencia con inteligencia y equilibrio”, reflexionó.

Esa perspectiva se traduce en una rutina diaria basada en carnes magras, pescados a la plancha, verduras y hortalizas, evitando casi por completo los ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas. Además, practica ayuno intermitente, entrena en ayunas y se recupera después con batidos de proteínas preparados cuidadosamente.

Así fue la expulsión de Sergio Ramos, su primer tarjeta roja en la Liga MX. Crédito: X/ @TUDNMEX

A pesar de que su dieta es bastante rigurosa, Ramos no oculta su debilidad: la mayonesa. “Cuando era más joven, me decían mayonesa porque era un obsesivo de la ‘mayo’, me encanta. A la hamburguesa le pongo cantidad y cantidad. Me queda entre el bigote y la barba y parezco Papá Noel”, ha contado riendo.

Este gusto lo acompaña desde niño y, aunque ahora lo controla, se permite disfrutarlo de vez en cuando. Uno de sus rituales más conocidos es su visita periódica a McDonald’s con su familia. Su elección es inconfundible: bebida light, papas grandes y una hamburguesa generosamente cubierta de mayonesa.

Ese tipo de comidas son excepciones planificadas. Ramos se rige por su propia regla: “Si te cuidás durante 29 días, no pasa nada por darte un gustito el trigésimo.”

Y las indulgencias no se limitan a la comida rápida. Cada quince días, comparte con Pablo Motos una merienda de churros con chocolate, compensando el exceso con la eliminación de la cena. También le gusta la cocina italiana, aunque evita la pasta en competición, y confiesa su

afición por el Nestea, una elección curiosa entre sus hábitos saludables.

El defensa español fue parte de los jugadores convocados para disputar el partido contra la MLS.
Crédito: Facebook – Liga MX

La trayectoria de Sergio Ramos ilustra cómo un deportista de elite puede mantener profesionalismo y longevidad sin renunciar del todo a los placeres culinarios. La clave, sostiene, es integrar estos placeres de forma consciente en un plan que priorice la disciplina.

Su ejemplo demuestra que, incluso en la cúspide del deporte, la excelencia no requiere de una perfección absoluta, sino de equilibrio y coherencia.