La figura de Lionel Messi siempre ha representado un desafío táctico para cualquier entrenador que lo enfrente. A lo largo de su carrera, el astro rosarino ha soportado todo tipo de marcas que intentan frenarlo. En ese contexto, un futbolista de selección que lo enfrentó reveló el curioso recurso al que apeló su DT antes de medirse con él.
La estrategia de Graham Arnold en el partido entre Australia y Argentina durante el Mundial de Qatar 2022 incluyó una decisión poco convencional: el entrenador optó por no mencionar el nombre de Lionel Messi en las reuniones previas al encuentro. Según relató Jackson Irvine, mediocampista australiano que participó en ese enfrentamiento, el director técnico se refería a la estrella argentina únicamente como “el número 10” durante las charlas tácticas.
Esta revelación, compartida en una conversación organizada por FIFPRO, el sindicato internacional de futbolistas, pone de manifiesto el impacto psicológico que genera la figura de Messi, incluso en el más alto nivel competitivo.

La influencia de Messi va más allá de las fronteras y categorías. En el mismo evento de FIFPRO, el exarquero inglés Joe Hart describió la dificultad de preparar un equipo para enfrentarlo. Hart, quien tiene experiencia en partidos de alto nivel, como los duelos entre Manchester City y Barcelona, reconoció: “Las conversaciones giraban únicamente en torno a él, cómo detenerlo y cómo sería enfrentarlo. Y cuando juega a ese nivel… Necesitamos superestrellas en el fútbol y él es eso”.
La anécdota de Irvine brinda una perspectiva singular sobre cómo los equipos intentan gestionar la presión al enfrentarse a un jugador de la dimensión de Messi. El mediocampista australiano detalló: “Ese aura de Messi, ese enfoque particular antes del partido… Nuestro entrenador Graham Arnold se negó a pronunciar su nombre. En nuestras reuniones y conversaciones tácticas antes del partido, él continuaba refiriéndose a él como ‘el número 10’”.
Esta táctica, según sus palabras, tenía como objetivo reducir el peso simbólico del capitán argentino y evitar que su reputación afectara la concentración del plantel australiano.
Sin embargo, aquel plan resultó poco efectivo para el entrenador oceánico, ya que la Pulga anotó uno de los goles de la Albiceleste en el partido, que terminó 2-1 a favor del equipo nacional.
El magnetismo de Messi no se limita a los partidos internacionales. Su llegada a la MLS también ha generado reacciones entre las figuras del fútbol mundial. El delantero surcoreano Heung-Min Son, quien recientemente se unió al LAFC tras una década en el Tottenham Hotspur, expresó en una entrevista con ESPN su admiración por el argentino y el impacto que su presencia tiene en la liga estadounidense.
“Somos muy afortunados de que Messi juegue al fútbol en nuestra misma generación. Verlo jugar, anotar tantos goles y su llegada a la MLS deben haber impactado a muchos otros jugadores. A mí también me impactó, por todo lo que hizo por su club y por su país. Él cambió mi perspectiva. Todos somos afortunados de poder verlo jugar y yo me considero muy afortunado de ahora poder compartir una cancha con él”, afirmó Son.