Piotr Szczerek, empresario polaco y CEO de Drogbruk, mantenía anteriormente una vida discreta, marcada por el lujo, éxitos comerciales y su conexión con el tenis. Sin embargo, su imagen sufrió un duro golpe tras un incidente polémico en el US Open, donde le quitar la gorra firmada por el tenista Kamil Majchrzak a un niño, un acto que lo convirtió en “el hombre más odiado de internet”.
El episodio tuvo lugar el jueves 28 de agosto en la cancha 11, inmediatamente después de que Majchrzak lograra su mayor triunfo al vencer al noveno cabeza de serie, Karen Khachanov, en un reñido partido a cinco sets.
El tenista, agradecido, firmó una gorra y se la entregó a un joven aficionado llamado Brock. Szczerek, junto a su esposa Anna, sorprendió a todos al quitarle la gorra al niño y guardarla en la bolsa de su pareja, acto que fue grabado y se difundió ampliamente en redes sociales.
No tardó en llegar la reacción contra Szczerek. Miles de usuarios lo criticaron, y figuras públicas como la diputada Anita Kucharska-Dziedzic expresaron su preocupación por el daño a la reputación de los empresarios polacos: “Billones perdidos en un día. Los empresarios polacos tendrán que afrontar esta pérdida de imagen por años”. El escándalo adquirió repercusión internacional, alterando la percepción social hacia Szczerek y su círculo cercano.
Este incidente contrastó con la imagen habitual de Szczerek, conocido por llevar una vida lujosa y una agenda repleta de actividades deportivas junto a su familia.
Vive junto a su esposa Anna y sus dos hijos en una villa moderna dentro de la exclusiva “aldea de los millonarios” de Polonia.
La propiedad familiar cuenta con un lago privado y una cancha de tenis, sitios frecuentes de reunión con deportistas como la extenista Urszula Radwanska, amiga cercana de la pareja.
Además, los Szczerek son propietarios del club Calisia Tenis Pro y patrocinadores de la Asociación Polaca de Tenis y diversos programas juveniles, lo que resalta su fuerte relación con el deporte.
La pasión por el tenis atraviesa la vida familiar. Anna fue quien introdujo a Piotr a la disciplina, y ambos participan activamente en ligas locales, forjando amistades dentro del circuito profesional. Szczerek ha descrito el deporte como una fuente de inspiración y ha expresado su objetivo de completar un Iron Man como desafío personal.
Frente a la presión pública, Szczerek presentó una disculpa pública el lunes siguiente al incidente. En su declaración, el empresario admitió: “Respecto a lo ocurrido durante el partido de Kamil Majchrzak en el US Open, quiero pedir disculpas sinceramente al niño afectado, a su familia, a todos los aficionados y al propio jugador. Cometí un gran error”. Szczerek relató que, en medio de la emoción tras la victoria, creyó erróneamente que el tenista le entregaba la gorra a él, pensando en sus propios hijos, quienes habían solicitado autógrafos previamente. “Esta confusión me llevó a extender la mano. Ahora sé que hice algo que se vio como un acto consciente de quitarle un recuerdo a un niño. No era mi intención, pero eso no cambia el hecho de que herí al niño y decepcioné a los aficionados”, añadió.
Szczerek enfatizó que tanto él como su esposa han apoyado durante años a niños y jóvenes deportistas, y que este episodio le dejó una lección de humildad. “Me duele, pero es una lección necesaria. Por eso, me comprometo a involucrarme aún más en iniciativas que apoyen a niños y adolescentes y en acciones contra la violencia y el odio. Solo a través de hechos podré reconstruir la confianza perdida. Nuevamente, pido disculpas a todos los que decepcioné”, concluyó. El empresario aclaró que esta era su primera declaración oficial, tras la difusión en redessociales de comunicados falsos atribuibles a supuestos abogados.
Por su parte, Majchrzak confirmó la identidad de Szczerek y aclaró que el incidente fue resultado de la confusión provocada por el agotamiento tras el intenso partido. Al darse cuenta del error, el tenista recurrió a Instagram para localizar al niño y devolverle la gorra, gesto que fue bien recibido por la comunidad online: “¡Lo conseguimos! Todo bien ahora”.
