La exigencia física y mental que enfrentan los tenistas los ha llevado a ser considerados los atletas mejor preparados a nivel mundial. Su apretada agenda, los viajes de un continente a otro, y los partidos que pueden durar tres horas o más, presentan un reto que pocos conocen.
Venus Williams, que volvió a la competición a los 45 años, respondió a un periodista: “¿Sabes lo complicado que es jugar al tenis? Estás corriendo todo el tiempo, levantando pesas y, simplemente, sintiendo que te mueres. Y luego lo repites al día siguiente”. La siete veces campeona de Grand Slam participó en el US Open, tanto en individuales como en dobles y dobles mixtos.
Su compatriota, Frances Tiafoe, lo describió como “el deporte más difícil del mundo”. Así, tenistas como Novak Djokovic (aún compitiendo), Roger Federer o Rafael Nadal compitieron a nivel élite, cerca de los 40 años. Sin embargo, ¿qué hace a este deporte uno de los más difíciles?
El doctor Mark Kovacs hizo un análisis de la condición física de los tenistas, señalando que el deporte exige un rango de habilidades poco común en otras disciplinas.
En una conversación con CNN, el especialista, que ha trabajado con atletas de la NBA (básquet), la MLB (béisbol) y la selección femenina de fútbol de Estados Unidos, respaldó su postura con investigaciones que explican la superioridad física y mental.
El médico indicó que los valores de volumen de oxígeno son bajos, registrando 60 ml de O2 por partido. Este resultado es comparable con futbolistas de élite e incluso con ciclistas y maratonistas profesionales.
Además, la dinámica del tenis requiere que los jugadores combinen agilidad, explosividad, resistencia muscular y flexibilidad. A diferencia de otras disciplinas de resistencia continua, el tenis se basa en sprints cortos en diversas direcciones a lo largo de varias horas.
Aunque no se destacan por su fuerza absoluta, requieren de una potencia en las piernas para realizar saques que superan los 200 kilómetros por hora. “Su entrenamiento de potencia es crucial. Deben tener una resistencia muscular en el nivel más alto”, afirmó el especialista. Además, competir a nivel superior exige explosiones instantáneas en cada golpe para ganar el punto.
Un ejemplo reciente es la final de Roland Garros entre Jannik Sinner y el campeón, Carlos Alcaraz. El español levantó tres puntos de campeonato en el cuarto set y se llevó la copa de los mosqueteros en un partido que duró 5 horas y 29 minutos, estableciendo un récord en el torneo francés.

La resistencia física y mental les permitió disputar uno de los encuentros más importantes en la historia del torneo. El español se reponía de la adversidad gracias a su velocidad, potencia y explosividad, mientras que su compañero impulsó el partido con su estabilidad y tiros precisos. “Esa resistencia en el circuito masculino, especialmente debido a la duración de los partidos en los Grand Slams, es un requisito”, explicó Kovacs.
La capacidad de soportar partidos de cinco sets no solo depende de fuerza o velocidad, sino también de una resistencia aeróbica y capacidad de trabajo excepcionales. Kovacs enfatizó: “Si no posees resistencia, y una buena capacidad de trabajo, nunca alcanzarás la cima”.
En el circuito femenino, las finales recientes demuestran la exigencia del deporte. Aryna Sabalenka, actualmente número uno, jugó tres de las cuatro finales de Grand Slam (y una semifinal), consagrándose en Estados Unidos.
El científico deportivo aseguró que la dureza de las tenistas las coloca en una posición privilegiada en comparación con otros deportes debido al alto volumen de entrenamiento y resistencia: “Son muy fuertes. Soportan un volumen de carga muy alto. Su capacidad de tolerar el sufrimiento es lo que las hace grandes.”
Más allá de los datos científicos, hay un factor que añade más dificultad. Su calendario apretado los obliga a viajar más de 160 mil kilómetros al año de un continente a otro. “Esto es más del doble que lo que recorren los jugadores en las Grandes Ligas de Béisbol y la NBA”, señala el científico.
La duración de la temporada también afecta la vida de los tenistas. Con once meses de duración, es una de las más largas y con menos descansos, además de que torneos como los másters 1000 o Grand Slam tienen partidos cada dos días aproximadamente. Esto reduce los tiempos de descanso y aumenta otros factores como el jet lag o la adaptación a nuevos ambientes.

Kovacs asocia la fortaleza mental con la longevidad, usando como ejemplo a Venus Williams y su reciente retorno: “Puedes encontrar esos espacios, esos periodos de descanso donde puedes enfocarte en otra cosas y luego volver con energías renovadas para seguir disfrutando”.
El tenis individual también exige a los jugadores anticipar constantemente los movimientos del rival y actuar en función de ello. “Tener que desarrollar mentalmente estas estrategias contra distintos jugadores y estilos, así como reflexionar sobre ellas”, destaca el especialista.
Las posiciones más altas del ranking reflejan las fortalezas físicas y mentales de estos atletas, ya que jugadores como Jannik Sinner, Aryna Sabalenka, Carlos Alcaraz o Iga Swiatek se mantienen a la vanguardia incluso ante importantes desafíos. Lo mismo ocurre con las hermanas Williams, el Big 3 (Djokovic, Federer y Nadal) o Steffi Graf.