El ‘mago del regate’: la historia del primer ganador del Balón de Oro que nunca fue expulsado

El Balón de Oro es uno de los mayores reconocimientos individuales en el fútbol y pronto celebrará su edición 2025, lo que nos lleva a reflexionar sobre su historia. Su inicio se remonta a 1956, cuando el periodista Gabriel Hanot, muy ligado a la revista France Football, propició la creación de este premio que busca honrar al mejor jugador del año según la evaluación de periodistas deportivos. El primer galardonado fue Stanley Matthews, una leyenda del fútbol británico, famoso por su habilidad en el regate y su capacidad para mantener su nivel como deportista de élite a lo largo de los años.

Matthews nació en Stoke-On-Trent, Inglaterra, el 1 de febrero de 1915. Desde joven se destacó en el fútbol local: a los 15 años empezó a entrenar en su club natal, Stoke City, y en marzo de 1932 debutó oficialmente con el primer equipo. Solo un año después, ayudó al Stoke a ascender a la máxima categoría inglesa, marcando el inicio de una carrera que duraría más de tres décadas.

Conocido como el mago del regate por su habilidad para evadir rivales y su estilo de juego elegante, Matthews fue siempre apreciado por los aficionados. En 1947, después de un largo período en Stoke, se unió al Blackpool, donde viviría algunos de los momentos más memorables de su carrera. El clímax llegó en la final de la FA Cup de 1953, en Wembley, contra el Bolton Wanderers. Blackpool perdía 3-1 a pocos minutos del final, pero la genialidad de Matthews fue clave para la remontada. Su participación en las jugadas hizo que Blackpool ganara 4-3, y ese encuentro quedaría grabado en la historia como “la final de Matthews”, cimentando su estatus de ídolo.

El Balón de Oro

Ese mismo 1956, Matthews fue seleccionado por un grupo de periodistas como el primer ganador del Balón de Oro, obteniendo 47 votos. Su impresionante temporada le permitió superar por poco a Alfredo Di Stéfano, quien consiguió 44 puntos. Nombres emblemáticos como Raymond Kopa, Ferenc Puskás y Lev Yashin también figuraron entre los primeros lugares, todos ellos futuros ganadores o frecuentes candidatos de este premio.

Matthews mantuvo un rendimiento excepcional incluso en su vejez. A los 46 años, regresó al Stoke City, donde prolongó su carrera profesional cuatro años más. En 1963 logró otro importante hito: un nuevo ascenso a Primera División con su club natal. Dos años después, fue nuevamente considerado el mejor futbolista inglés a pesar de sus 48 años. Finalmente, se retiró a los 50 años, convirtiéndose en un ejemplo notable de longevidad en el fútbol profesional.

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Su despedida fue un gran acontecimiento. Entre los asistentes se encontraban algunos de los nombres más respetados del fútbol internacional, como Ferenc Puskás y Lev Yashin, y este último lo levantó en hombros simbólicamente al finalizar el encuentro como reconocimiento a su destacada trayectoria. Matthews jugó casi 1.000 partidos oficiales y permaneció 32 años en la élite, sin recibir nunca una expulsión ni protestar a los árbitros, lo que afianzó su imagen como un verdadero gentleman del fútbol británico. Aunque no jugó en los clubes más renombrados ni ganó títulos europeos, su figura transcendió más allá de las competiciones y fronteras.

Stanley Matthews falleció el 23 de febrero de 2000, a los 85 años. Más de 100.000 personas asistieron a su funeral, evidenciando la profunda huella que dejó en la historia del deporte. Pelé, el máximo símbolo brasileño, resumió su legado con una frase que perdurará: “Fue el hombre que nos enseñó cómo se juega al fútbol”.