Al igual que en Monza, Max Verstappen logró una victoria aplastante en el Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1. Y, como sucedió en Italia, el actual campeón del mundo desempeñó un rol que iba más allá de conducir, según explicó Laurent Mekies, jefe de equipo de Red Bull.
En Monza, Verstappen insistió en optar por una configuración de carga aerodinámica muy baja, a pesar de que algunos miembros del equipo creían que un poco más de ala sería beneficioso. En Azerbaiyán, la atención no se centró tanto en la puesta a punto del coche, sino en la estrategia.
Verstappen fue el único piloto entre los cuatro primeros en la parrilla de Bakú que comenzó la carrera con neumáticos duros, y Mekies afirma que esta decisión fue en gran medida resultado de la firme insistencia del neerlandés.
“Observamos la sesión de clasificación del sábado, que tuvo seis o siete banderas rojas”, relató el francés.
“Obviamente, aquí hay un largo historial de coches de seguridad. Max tenía una idea clara: sería una carrera en la que solo se conduciría, esperando el coche de seguridad. Intentas aguantar tanto como puedas hasta que llegue, porque de lo contrario, otros tendrán una parada en boxes más económica y tú no”.

Max Verstappen, Red Bull Racing
Verstappen quería evitar el riesgo vivido en Monza
Según Mekies, los pensamientos de Verstappen se remontaban a un momento específico del Gran Premio de Italia:
“En algunos aspectos, Monza fue similar, donde todos intentamos extender el primer stint. En un momento, si recuerdan, tuvimos que parar porque nuestros neumáticos estaban casi desgastados. En ese instante, estuvimos expuestos a un posible coche de seguridad durante algunas vueltas”.
Mekies se refería a que Lando Norris mantuvo su posición en pista más tiempo que Verstappen en Italia, lo que podría haber beneficiado a McLaren durante esas vueltas si hubiera aparecido un coche de seguridad.
Dicho coche no apareció, pero Red Bull —y especialmente Verstappen— querían evitar a toda costa que se repitiera una situación similar en Bakú. “Max insistió mucho en esto”, añadió el jefe de equipo.
Finalmente, Red Bull accedió a su planteamiento, aunque Mekies advirtió que este enfoque implicaba ciertos riesgos: “No es algo que salga gratis. No es gratuito al momento de la largada y tampoco lo es porque te expone en otras fases de la carrera. Si aparece un coche de seguridad en la vuelta 10, no te parecerá nada gracioso haber salido con neumáticos duros”.
Mekies explicó que, en tal escenario, quienes comenzaron con neumáticos medios podrían cambiar a duros y llegar al final, mientras que la estrategia inversa —parar y terminar con medios— es teóricamente más compleja, aunque en la práctica resultó viable gracias a la durabilidad del neumático C5 de Pirelli.
En última instancia, fue la visión de Verstappen la que tuvo el mayor peso en la decisión.
“Él tenía muy claro en su mente que quería aprovechar el ritmo del coche y escapar con los duros, y eso fue exactamente lo que logró”, señaló Mekies.

Max Verstappen, Red Bull Racing
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¿Qué tan rápido fue realmente Red Bull?
Sin embargo, Mekies mantuvo cautela al comparar el ritmo de carrera de Red Bull en Bakú con el de sus competidores.
“En relación a George Russell, creo que la comparación es razonablemente válida”, aclaró. “Pienso que la diferencia era probablemente de un par de décimas [por vuelta], pero no más que eso. Para ser justos, en clasificación —quizás no en la Q3, pero en general— estaban a no más de dos décimas”.
Respecto a McLaren, evaluar su ritmo de carrera fue más complicado. El equipo de Woking experimentó un fin de semana caótico en Bakú, pero Mekies sostiene que su verdadera velocidad nunca se reveló el domingo.
“McLaren es mucho más complejo de analizar porque nunca encontraron aire limpio”, enfatizó. “Los vimos extremadamente veloces en varias ocasiones el viernes por la mañana, el viernes por la tarde y el sábado por la mañana. Probablemente nunca sabremos cuál era su auténtico ritmo en carrera, pero ciertamente no hay motivo para relajarse”.