“La verdad es que estoy muerto”. Adrián Martínez no intentó ocultar su cansancio tras la victoria de Racing sobre Vélez en los cuartos de final de la Copa Libertadores. Sin la adrenalina del partido y comenzando a relajarse, las lesiones, las patadas y el agotamiento empezaron a pasarle factura de inmediato, aunque nada ni nadie podía borrar su sonrisa.
“Esto es algo que no se conseguía hace muchísimos años, así que haberlo logrado nos da mucha felicidad”, continuó en su diálogo con Fox Sports, aún en el campo de juego. Por supuesto, la fe que profesa también estuvo presente: “Siempre tengo fe. La palabra tiene poder y siempre estamos confesando cosas positivas… El grupo lo cree y luego las cosas suceden”.
No solo la ayuda divina le brindó buenas vibras, los hinchas de la Acadé también hicieron su parte, algo que el delantero de 33 años dejó claro: “La gente nos vino a hacer el aguante porque cree en nosotros… Ojalá podamos seguir avanzando a paso firme”, afirmó.
En los 180 minutos que duró la llave con el Fortín, el equipo dirigido por Gustavo Costas fue superior y merece el triunfo, aunque no se le hizo fácil. “Es lógico, son cuartos de final; están los mejores equipos de Sudamérica compitiendo y es difícil avanzar de fase”, comentó.
Aunque Maravilla no tuvo la oportunidad de marcar en el duelo en el Cilindro y quizá no fue su mejor partido, está claro que es un pilar de este ciclo exitoso que atraviesa Racing. Aun así, siente la presión: “Parece fácil, pero entramos 11 a la cancha y todo depende de nosotros y de los chicos que ingresan desde el banco. A veces la mochila es pesada, pero por suerte hoy se nos dio”.
El goleador se retiró tan agotado como satisfecho por haber cumplido con su deber. “Traté de dar lo máximo porque esta oportunidad no se presenta siempre y hoy pudimos aprovecharla”, concluyó.
