El futuro de Christian Horner en la Fórmula 1 ha tomado un nuevo rumbo luego de su salida de Red Bull Racing, marcada por un acuerdo de compensación de aproximadamente 80 millones de libras esterlinas (107 millones de dólares) y la oportunidad de regresar al paddock en 2026. El ex director del equipo, que durante dos décadas llevó a la escudería a ocho títulos de pilotos y seis campeonatos de constructores, está evaluando sus próximos pasos, buscando un rol que le brinde mayor control y participación accionarial en un equipo.
La separación de Horner de Red Bull ocurrió tras el Gran Premio de Gran Bretaña, en un contexto de resultados poco satisfactorios para la escudería. Según el Daily Mail, el directivo de 51 años habría recibido la cifra mencionada por su salida, aunque inferior a los 110 millones de libras esterlinas (143 millones de dólares) estipulados en su contrato vigente hasta 2030. Esta diferencia le permite reincorporarse a la F1 a partir de abril de 2026, evitando así una cláusula de no competencia más extensa.
Fuentes citadas por el medio inglés indican que Horner “quiere regresar al paddock de la F1, pero está evaluando la mejor manera de lograrlo. Lo hará. Es un adicto al trabajo, así que quedarse sentado sin hacer nada no es su elección. De hecho, no fue su elección. Esto le llegó de golpe”. Su entorno sostiene que la decisión de dejar la dirección del equipo no fue voluntaria y que sigue teniendo el deseo de regresar al más alto nivel del automovilismo.
Durante las negociaciones de su salida, Horner mantuvo diálogos con Oliver Mintzlaff, actual encargado de Red Bull y ex director del equipo de fútbol RB Leipzig, para establecer los términos de la indemnización. Lo acordado le permite buscar nuevas oportunidades en la F1 dentro de un plazo de nueve meses, lo que ha alimentado especulaciones sobre su futuro.
Entre las opciones que se están considerando, el equipo de Haas aparece como un posible destino. La escudería estadounidense, de propiedad de Gene Haas, ha sido mencionada por distintas fuentes como una alternativa viable, especialmente por la resistencia del actual propietario a invertir grandes sumas desde su llegada al campeonato en 2016. Otra posibilidad es Alpine, ya que la amistad de Horner con Flavio Briatore ha generado rumores sobre una posible colaboración. Sin embargo, Briatore ha desestimado cualquier movimiento inminente, afirmando: “No estoy considerando nada en este momento. Christian ya no está en la F1 actualmente. Espero que regrese pronto, pero por ahora no está en los planes de Alpine”, según declaraciones del Daily Mail.
El interés de Horner va más allá de un rol tradicional como director de equipo. Según informes del Daily Mail y SunSport, el británico busca “equidad en un equipo”, un porcentaje accionarial que le permita tomar decisiones estratégicas de mayor repercusión. Esta ambición surge de su deseo de no depender de otros y de tener control directo sobre el rumbo de la escudería que elija.
Paralelamente, el ex jefe de la F1, Bernie Ecclestone, le sugirió a Horner la posibilidad de un cambio drástico hacia el motociclismo, proponiéndole asumir la dirección de MotoGP. Esta categoría fue comprada recientemente por Liberty Media, los propietarios de la F1, en una operación valorada en 3.600 millones de libras esterlinas (4.824 millones de dólares). Según fuentes citadas por el Daily Mail, Ecclestone habría planteado en privado la idea de que Horner se convierta en el nuevo responsable de la serie de motociclismo, aunque el atractivo y la notoriedad de la F1 parecen pesar más en sus decisiones.
Mientras tanto, la vida personal de Horner también ha experimentado cambios importantes. Luego de su salida de Red Bull, planea realizar junto a su esposa, la cantante Geri Halliwell, un viaje en auto por Escocia, que incluirá una visita a la Isla de Skye. Esta “luna de miel” se lleva a cabo diez años después de su boda, que se había postergado por compromisos profesionales. La pareja, que se casó en Woburn, Bedfordshire, en una ceremonia a la que asistieron figuras del automovilismo como Jackie Stewart y Niki Lauda, así como varias celebridades, por fin podrá disfrutar de este viaje tan anhelado.
En las últimas semanas, Horner ha estado enfocado en negociar su salida de la organización donde trabajó más de dos décadas, liderando a Red Bull en períodos de éxitos con pilotos como Sebastian Vettel y Max Verstappen, quienes lograron cuatro títulos cada uno. Las mejoras recientes en el rendimiento del equipo, con victorias de Verstappen en el Gran Premio de Italia y en Bakú, se atribuyen en parte a decisiones técnicas tomadas sin la gestión de Horner, aunque la diferencia con rivales como Oscar Piastri y Lando Norris de McLaren sigue siendo significativa.
Respecto a la dirección de Red Bull, Laurent Mekies ha asumido el liderazgo tras la salida de Horner. El ingeniero francés, promovido desde el equipo satélite Racing Bulls, fue integrado al grupo por el propio Horner, quien valoraba sus capacidades, aunque no anticipó que sería su sucesor.
El regreso de Christian Horner a la F1 estará condicionado a su habilidad para encontrar un proyecto que le ofrezca el nivel de autonomía y participación que busca. Mientras tanto, el británico se mantiene en contacto con figuras clave del paddock y sigue analisando las opciones que le permitan volver a la competición lo más pronto posible.
