El camino dirigencial de Patronato ya está definido. Tras dos elecciones consecutivas en las que se impusieron Oscar Lenzi y, posteriormente, Dante Molina, no habrá comicios en el único club entrerriano que participa en la Primera Nacional y mantiene su estatus profesional desde 2010.
El pasado viernes cerró el plazo para presentar listas y, en esta ocasión, no hubo oposición. Todos los indicios apuntan al empresario Adrián Bruffal como próximo presidente, con fecha de asunción prevista para el 14 de octubre.
Es interesante analizar el recorrido de los presidentes que han pasado por Patronato. Hasta 1968, siempre hubo lista única y los dirigentes no permanecían más de dos períodos en el cargo (entre dos y cuatro años como máximo). En 1968, se celebraron elecciones por primera vez, donde el opositor Fernando Gan resultó ganador, comenzando un extenso mandato que se extendió de 1968 a 1987, es decir, 19 años. Desde entonces, el socio no volvió a las urnas hasta 2021.
Durante la pandemia y tras el fallecimiento de Miguel Hollmann, presidente y referente máximo, el club enfrentaba un panorama incierto. La disyuntiva se planteaba entre la renovación de la mano del arquero e ídolo Sebastián Bértoli o continuar con el oficialismo liderado por Oscar Lenzi. Los votantes optaron por la segunda alternativa, y muchos esperaban que la nueva fuerza opositora estuviera preparada para competir, lo cual no ocurrió. Aunque en 2023 se presentó nuevamente una candidatura opositora bajo Hugo Velásquez, esta careció de la figura del ex guardavallas y concejal del PJ.
Dante Molina, entonces, impuso su criterio, aprovechando el apoyo de los socios vitalicios, entre otros. Sin embargo, es llamativo que, aunque el oficialismo resultó victorioso, nadie está cumpliendo más de un período (Lenzi y Molina, ambos con dos años), a diferencia de los mandatos anteriores que duraban entre cinco y nueve años, como los de Miguel Hollmann o José Gómez.
Desde que se implementaron elecciones, el oficialismo parece no lograr estabilizar su dirección. Lenzi intentó establecer su sello, pero no consiguió el respaldo del resto de la comisión. Molina, según se dice, actuó casi como un asistente del reducido grupo de dirigentes liderados por el empresario Miguel Hollmann (h).
Ahora surge la gran interrogante: ¿Cómo abordará su gestión Adrián Bruffal? Aunque forma parte de ese círculo cerrado y ha trabajado durante las últimas dos décadas para el club, parece evidente que su perspectiva empresarial marcará su propio rumbo.
En los últimos años, Patronato ha atravesado momentos intensos: fue campeón de la Copa Argentina, participó en la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, descendió a la Primera Nacional y, en dos ocasiones, luchó por evitar el descenso al Federal A. Se destacó en algunas disciplinas, mantuvo su nivel de socios y realizó diversas obras, aunque con esfuerzos tanto personales como privados (iluminación LED en el estadio, piso de parquet en el gimnasio).
La relación política con los gobiernos provinciales y municipales ya no es la misma que durante la “década ganada”, pero ha sabido administrar los aportes privados.
El Plan B (Bruffal) comenzará a ejecutarse el 14 de octubre. En ese momento se verá cómo lo respaldará el circuito dirigencial, que evidentemente tiene el poder de designar y destituir dirigentes. Bruffal se enfrenta a un gran desafío.