Monza, Bakú, Singapur y Las Vegas. Estos son los circuitos marcados en rojo en el calendario de Charles Leclerc, las oportunidades más concretas para romper el ayuno y conseguir su primera victoria de la temporada. Un balance que, por ahora, sigue siendo amargo, ya que el Cavallino es el único equipo puntero que aún no ha logrado un éxito en 2025. A pesar de las esperanzas depositadas en los dos últimos Grandes Premios, la cifra no ha cambiado.
Tanto la ronda italiana como la de Azerbaiyán, aunque con características muy distintas, han evidenciado la crónica falta de carga aerodinámica del SF-25, obligándolo a recurrir a soluciones más extremas. El inconveniente es que, cuando Ferrari opta por este camino, siempre hay alguien que puede ir más allá y, sobre todo, hacer que funcione.
La limitación radica en que el coche italiano no posee un verdadero punto fuerte capaz de destacar frente a sus rivales, sino más bien características más equilibradas, útiles para adaptarse a diferentes pistas, pero que simultáneamente restringen sus picos de rendimiento en comparación con sus oponentes, que pueden permitirse forzar aún más sus elecciones dadas las cualidades de sus respectivos coches.

Charles Leclerc, Ferrari
Por eso, tras Bakú, Leclerc no ocultó que será muy complicado ganar un GP de aquí a final de temporada. De hecho, esta situación se acerca a la realidad. Una victoria no cambiaría el curso de la temporada, ya que las expectativas eran muy diferentes y las críticas estructurales al SF-25 continúan siendo evidentes. Sin embargo, representaría una prueba de orgullo para dar impulso al grupo también en términos de moral.
La próxima oportunidad que ha identificado el Cavallino para perseguir este objetivo es Singapur, un desafío completamente diferente a las otras tres pistas que privilegian la eficacia. En Marina Bay, la carga aerodinámica pura y el agarre mecánico garantizado por los neumáticos en las curvas más lentas son elementos que volverán a situar a McLaren entre los protagonistas, considerándolo favorito tras dos GP de “sufrimiento”.
Las altas temperaturas, la gestión de los neumáticos blandos, la elevada carga exigida y las curvas cerradas, donde es fundamental contar con un monoplaza preciso tanto en la entrada como en la salida, son condiciones que han exaltado al MCL39. Un contexto favorable, aunque en realidad el coche de Woking tiende a rendir aún mejor en las curvas de velocidad media.

Charles Leclerc, Ferrari, Lando Norris, McLaren
Foto de: Joe Portlock / LAT Images vía Getty Images
Es precisamente esta característica, junto con un manejo más suave de los neumáticos, lo que ha llevado a Frederic Vasseur a establecer paralelismos entre los coches de Woking y Maranello. Sin embargo, persisten áreas en las que el MCL39 se muestra claramente más incisivo, tanto en términos aerodinámicos como mecánicos.
Cuando se le exige hacer concesiones, el SF-25 tiende a sufrir especialmente en las curvas lentas, donde se presenta subviraje en situaciones que requieren direccionalidad en la parte delantera. Este es uno de los límites más significativos que ha aquejado al monoplaza italiano a lo largo de la temporada, un defecto que solo en algunas carreras se logra enmascarar parcialmente, cuando las condiciones permiten hacer concesiones y aumentar la carga.
En este sentido, la pista de Singapur es muy diferente a la de Bakú. En Azerbaiyán, además de la baja carga, existen numerosas zonas donde se frena con el coche prácticamente recto, seguido de curvas de 90°. No es casualidad que en esas pocas secciones donde se requiere una entrada más agresiva, como la última curva, el SF-25 mostrara todas sus limitaciones, perdiendo ostensiblemente tanto en la aproximación como en la salida.

Charles Leclerc, Ferrari
Fotografía de: Andy Hone/ LAT Images vía Getty Images
Este representa el primer obstáculo que deberá superar en Singapur. Si bien el trazado asiático está compuesto por curvas bastante secas y de baja-media velocidad, también presenta tramos de frenada donde no se frena con el coche totalmente recto, sino en una ligera fase de rotación antes de empujar en la entrada. Precisamente en este tipo de frenada combinada el SF-25 ha enfrentado dificultades en el pasado.
Similar a lo que ocurre en Mónaco, existen algunos elementos que podrían ser favorables. La pista se compone de curvas de velocidad media y baja, lo que disminuye los compromisos al buscar la puesta a punto. Además, la posibilidad de cargar los alerones permite compensar parcialmente la carga que falta desde abajo, considerando también que, al ser un circuito urbano, todos tienden a elevar el coche. Estos elementos, aunque en pequeña medida, brindan un poco más de confianza, pero será necesario un meticuloso trabajo de ajuste para superar los problemas crónicos del SF-25.
No obstante, hay otro aspecto que no se puede pasar por alto: la calificación. Uno de los puntos débiles más evidentes del monoplaza 2025 continúa siendo su rendimiento en vuelta rápida, donde rara vez logra entrar en la ventana ideal y aprovechar al máximo el potencial de los neumáticos. En carrera, el SF-25 suele tener mejor ritmo, pero si parte demasiado atrás, esta ventaja queda oculta, en parte porque no puede replicar el progreso de sus rivales a lo largo del fin de semana.
Posición media en clasificación * | Mejora Q2-Q3 (s) | Mejora Q2-Q3 (%) | |
Piastri | 2,12 | -0,35 | -0,41% |
Verstappen | 3,18 | -0,42 | -0,53% |
Russell | 4,1 | -0,33 | -0,42% |
Leclerc | 5,1 | -0,23 | -0,3% |
* Excluyendo problemas técnicos, clasificación en mojado y qué sprints |
Al analizar los datos y tomar como referencia a los pilotos más en forma de cada equipo puntero, Oscar Piastri, Max Verstappen, George Russell y Charles Leclerc, queda claro que el monegasco tiene la posición media de salida más baja y es quien menos mejora entre la Q2 y la Q3. Esto confirma la tendencia del monoplaza italiano a luchar en las últimas vueltas cuando se trata de encontrar las décimas finales. Un tema que será aún más relevante en Singapur, donde adelantar a un rival es todo menos sencillo.
Se jugará mucho en el equilibrio entre tener los neumáticos a punto al inicio de la vuelta y la capacidad de gestionar el calor acumulado durante el resto de la tanda, así como la habilidad para encontrar las últimas décimas justo en el momento en que, en la Q3, se necesita exprimir todo el potencial del pelotón. En este contexto, más que mirar hacia arriba, será crucial levantarse primero y completar un fin de semana limpio para ganar puntos en el campeonato de constructores, ya que en las últimas rondas a la Rossa le ha faltado no solo rendimiento, sino también ejecución, quizás uno de los aspectos en los que más ha convencido en una temporada escasa en alegrías.