Desde las orillas del mar Caspio hasta la humedad ecuatorial: la Fórmula 1 se dirige a Singapur, donde el Gran Premio de Marina Bay siempre ha representado uno de los desafíos más difíciles para los pilotos en términos físicos, así como para los coches, que luchan por obtener aire en una pista de lenta circulación y altas temperaturas.
Aquí, a solo 140 kilómetros del Ecuador, el clima es implacable: las temperaturas varían entre 24 y 31 grados, y la humedad a menudo supera el 70%, lo que es uno de los mayores desafíos. En tales condiciones, los pilotos pueden perder hasta tres kilos de peso corporal durante la carrera, atrapados en una cabina que se asemeja a una sauna.
Singapur también es sinónimo de la noche que ilumina la Fórmula 1. Desde su debut en 2008, el Gran Premio se celebra bajo las luces, comenzando a las 20:00 hora local. Para minimizar el impacto del desfase horario, equipos y pilotos mantienen un ritmo europeo, aunque la fatiga persiste: la magia del paisaje nocturno no alivia la dureza de un circuito que continúa siendo uno de los más exigentes del calendario.

Ingeniero de Pirelli, probando en Monza
Foto de: Pirelli
En el ámbito técnico, Pirelli ha ratificado la misma asignación que el año anterior: C3 como Duro, C4 como Medio y C5 como Blando. El C6, el compuesto más blando de la gama 2025, ha sido descartado debido al riesgo de sobrecalentamiento, que resulta inevitable en un contexto donde el estrés térmico ya es el principal factor de degradación.
Inicialmente, Pirelli había contemplado la posibilidad de introducir el compuesto más blando, pero los datos obtenidos en la primera mitad del campeonato llevaron al fabricante milanés a ser cauto en su asignación para Marina Bay, plenamente consciente de que habría sido complicado para los pilotos gestionar un compuesto tan blando desde el punto de vista térmico a lo largo de toda la vuelta.
Esta elección fue confirmada incluso antes de la pausa veraniega, dado que la energía ejercida sobre los neumáticos y las altas temperaturas que caracterizan esta cita podrían provocar algunas dificultades relacionadas con el sobrecalentamiento. En Singapur, la degradación del rendimiento de los neumáticos se atribuye principalmente al estrés térmico al que son sometidos.
Teniendo en cuenta estos factores, el medio y el duro serán los principales protagonistas de la carrera, mientras que el blando, además de durante la calificación, podría convertirse en una herramienta táctica en la salida o en los momentos finales, especialmente si la carrera se interrumpe por una neutralización.

Un mecánico de la Scuderia Ferrari trabaja en los neumáticos Pirelli
Foto de: Lionel Ng / Motorsport Images
El circuito de Marina Bay, que se extiende por 4,940 kilómetros, ha perdido cuatro curvas con las modificaciones implementadas en 2023, pero ha ganado una recta de 400 metros que incrementa ligeramente las oportunidades para sobrepasar. Sin embargo, continúa siendo un trazado lleno de curvas, con 19 giros, asfalto liso y marcas viales que se convierten en un obstáculo adicional en caso de lluvia, un aspecto que no se descarta en las previsiones actuales.
Las barreras están cercanas, las escapatorias son limitadas, e incluso con cuatro zonas de DRS, los sobrepasos son una rareza, aunque es cierto que el cambio en el trazado ha mejorado esta situación. La estrategia, al menos en teoría, deja poco espacio para la interpretación: prácticamente se considera obligatoria una detención, y el aumento de la velocidad máxima en el pit lane de 60 a 80 km/h no debería alterar el equilibrio.
No obstante, Singapur es también el reino de lo inesperado: los Safety Cars son habituales y las tormentas ecuatoriales pueden barrer la goma en cuestión de minutos, alterando las condiciones de la pista y volviendo a mezclar las cartas. Marina Bay sigue siendo fiel a su esencia: un circuito implacable que pone a prueba la resistencia de los pilotos y la precisión de los equipos, y que cada año ofrece a la Fórmula 1 una de sus noches más largas y cautivadoras.