Paulo Dybala y la Roma están en conversaciones avanzadas para formalizar un contrato que en Italia se considera “de por vida”. Su vínculo con el club de la capital italiana finaliza en junio de 2026, pero las intenciones tanto del jugador como de la institución son evidentes.
El nuevo contrato que se está negociando lo vincularía hasta 2030, lo que refleja la profunda conexión que Dybala ha establecido con la ciudad, el club y sus aficionados. El jugador tiene planes de retirarse vistiendo la camiseta de Roma.
Si se formaliza la renovación, Dybala acumularía ocho años en el club, superando así su paso por la Juventus, donde jugó durante siete temporadas. Su impacto en Roma ha sido inmediato y significativo. Es el futbolista más querido por los seguidores, el que más camisetas vende y el nombre que resuena en el Olímpico. Su llegada no solo ha devuelto la ilusión futbolística, sino que también ha colmado un vacío simbólico: el de la figura que lleva el dorsal íntimamente relacionado con la leyenda de Francesco Totti, un número que durante años pareció imposible de heredar.
El reciente anuncio de la espera de su primera hija refuerza los rumores sobre su deseo de establecerse definitivamente en Italia. Los medios locales indican que el jugador desea criar a su hija en Roma, lo que profundiza aún más la idea de un compromiso a largo plazo, tanto dentro como fuera del campo.
A pesar del afecto mutuo entre el jugador y el club, Dybala es consciente de que aún tiene que demostrar más. Su nuevo contrato, aunque más largo, prevé un salario menor al actual, una decisión que el futbolista acepta con naturalidad. Su objetivo es claro: ganarse el aumento en el terreno de juego.
Trabaja en su recuperación
Actualmente, se encuentra en proceso de recuperación de una molestia muscular en el muslo izquierdo, una zona que ya había sido intervenida quirúrgicamente en marzo. La lesión no es grave, y Paulo está entrenando con intensidad para regresar lo antes posible.