Las posiciones sexta y séptima que ocuparon Lewis Hamilton y Charles Leclerc en la clasificación de Singapur confirmaron a Ferrari como la cuarta fuerza del campeonato. La lista de los equipos imbatibles se extiende; junto a los clásicos McLaren, se suman ahora los Red Bull de Max Verstappen y, en Marina Bay, los dos Mercedes. La diferencia entre Hamilton y el poleman George Russell fue de medio segundo, un margen considerable si se considera que la variación entre Hamilton y el Haas de Oliver Bearman al cierre de la Q3 fue de 0.180 segundos.
Retomando el análisis posterior a Monza, Ferrari había proyectado a Bakú y Marina Bay como circuitos que debían adaptarse bien al SF-25. Nadie podía prever que entre Azerbaiyán y Singapur la Scuderia dominaría la escena, pero era legítimo esperar que Leclerc y Hamilton compitieran por el podio, incluso por el tercer escalón. Sin embargo, la realidad es otra: si bien han surgido resurrecciones, por el momento hablamos de Red Bull y (en Singapur) de Mercedes.
Lewis Hamilton, Ferrari
Foto de: Sam Bloxham / LAT Images vía Getty Images
Más allá de los números, están las expresiones. El paso lento y equilibrado de Hamilton al salir del coche dice más que las declaraciones que hizo inmediatamente después, en las que Lewis apunta a procedimientos inadecuados, como su posición de salida del pit lane en momentos críticos.
No se puede desestimar que Hamilton tenga fundamentos para sus quejas; sus comentarios podrían ser acertados, pero resulta complicado pensar que el principal problema del SF-25 se relacione con el orden de salida de boxes. Aun así, es comprensible la frustración de Lewis. Desde el receso veraniego, su rendimiento ha mejorado visiblemente; el vínculo con el monoplaza, tan anhelado durante meses, finalmente ha llegado, pero persiste el problema de las limitaciones que el propio coche impone.
Charles Leclerc, Ferrari
Foto de: Shameem Fahath / Motorsport Network
“Bakú y Singapur son dos de mis circuitos favoritos”, comentó Leclerc, “y personalmente creo que he tenido un buen rendimiento esta temporada, pero no es grato darse cuenta de que al final de una vuelta que consideras buena termines en la sexta o séptima posición”.
Esa sensación ahora la comparte con Hamilton. Una vez superados los inconvenientes de adaptación, Lewis se enfrenta a un panorama muy familiar para Leclerc, la sensación de haber realizado un buen trabajo, pero sin obtener el resultado que realmente merece. A la frustración se suma el desempeño de sus rivales, con el cambio favorable de Red Bull, pero también el as bajo la manga que representa Mercedes, quien, al igual que en Bakú (y aún más que en Bakú), se ha reafirmado como protagonista.
El año 2025 ha sido complicado para George Russell, quien también ha tenido que lidiar con fines de semana difíciles, luchando con un monoplaza complicado de manejar, poco predecible y con un rendimiento muy alejado del de McLaren. Sin embargo, ha habido días memorables, algo que no alterará drásticamente la evaluación de la temporada pero que al menos refleja el esfuerzo realizado. En Ferrari, hoy también falta eso; el trabajo está presente, pero la sensación es que por varias razones la dirección tomada nunca es la correcta.
Frederic Vasseur, Ferrari
Foto de: Clive Mason / Getty Images
“La carrera de mañana podría presentar una historia diferente, aunque en este circuito no será sencillo adelantar, así que consideraremos un enfoque agresivo también en términos de estrategia”, afirma Frederic Vasseur, confirmando lo que se ha convertido en una manta corta.
Leclerc probó un cambio de carga en el alerón delantero en la Q3 como un último intento desesperado por reducir el subviraje. Estratagemas para intentar hacer lo que el coche no permite. De aquí al final de la temporada, una jugada podría resultar exitosa, pero no alterará el panorama. El guión de la temporada 2025 ya está escrito.
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