Durante el torneo ATP de Tokio, Carlos Alcaraz sufrió una lesión significativa al torcerse el tobillo izquierdo en su primer encuentro contra Sebastián Báez. Muchos dudaban de su continuidad, pero el español se recuperó en 48 horas y finalmente se consagró campeón frente a Taylor Fritz. Un elemento clave en su rápida recuperación fue un vendaje adhesivo y elástico que incorporaba partículas magnéticas, el Magic Tape.
Este vendaje, elaborado por el fisioterapeuta Francisco Selva, no solo busca contener o comprimir como una venda convencional, sino también aliviar el dolor, mejorar la movilidad y aumentar la fuerza casi de inmediato. Su eficacia radica en su acción sobre el sistema nervioso autónomo, estimulando las células epidérmicas, modulando reflejos miotáticos alterados y generando una respuesta corporal rápida. Según sus defensores, representa un avance cualitativo, trabajando no solo sobre el síntoma local sino también en la regulación neuromuscular.
Juanjo Moreno, fisioterapeuta de Alcaraz, ya conocía este método, habiendo sido alumno del máster impartido por Selva. Tras verificar la base científica y los resultados en otras disciplinas deportivas, decidió utilizarlo en este caso excepcional.
Aunque no es común que se hagan públicos todos los métodos de soporte en competiciones de alto nivel, este incidente ha despertado el interés en el ámbito del tenis y la fisioterapia. Este vendaje podría convertirse en una herramienta habitual para tratar esguinces o sobrecargas, especialmente cuando los tiempos de recuperación son breves.
Más allá del vendaje, Alcaraz logró culminar el torneo con una actuación dominante, cediendo solo un set en toda la competición, lo que respalda la idea de que el soporte físico fue eficientemente manejado.
El 2025 está siendo un año histórico para Carlos Alcaraz. Con su victoria en Tokio, ya suma ocho títulos esta temporada, posicionándose como el jugador más prolífico del año. Entre estos triunfos figuran grandes citas, habiéndose consagrado en Roland Garros y en el US Open, donde venció a Jannik Sinner en la final, junto a otros torneos de alto perfil como Roma o Montecarlo.
Este año ha sido notable también por su constancia, ya que alcanzó ocho finales consecutivas y ganó seis de ellas. En Tokio, el vendaje magnético fue fundamental en la etapa final de una temporada ya muy exigente.

En lo que respecta al ranking ATP y la lucha por el número uno, un evento reciente ha dejado una ventaja decisiva. Jannik Sinner se retiró del torneo de Shanghái (donde había 1.000 puntos en juego) a causa de molestias durante la tercera ronda contra Tallon Griekspoor. Esto resultó en una pérdida neta de 950 puntos para el italiano, provocando que la diferencia entre Alcaraz y Sinner se ampliara a 1.340 puntos, afirmando la posición del español como favorito para finalizar el año como número uno.
El número dos del mundo aún puede acercarse a Alcaraz en los torneos de Viena, París-Bercy y las ATP Finals, aunque a Alcaraz solo le basta con ser finalista en París para asegurarse el primer puesto en el tenis mundial al cierre del año.
La verdadera marca de 2025 para Alcaraz radica en su deslumbrante rendimiento, con victorias continuas, múltiples títulos de gran envergadura y un dominio cada vez más evidente sobre su principal rival, Sinner. Su rápida recuperación en Tokio, gracias al Magic Tape, y su habilidad para lidiar con lesiones muestran que su éxito no depende únicamente de su talento, sino también de la disciplinas, la preparación física y un equipo técnico sobresaliente.
Con la baja de Sinner en Shanghái, Alcaraz ha adquirido una ventaja significativa en la carrera por el número uno. Si mantiene la compostura, la estrategia y la constancia física, tiene todo para cerrar un año extraordinario. Aún quedan desafíos por delante, pero el 2025 quedará grabado como una de las temporadas más dominantes de su trayectoria y de la historia del tenis.