El ex futbolista sueco Tomas Brolin ha construido una carrera variada tras su alejamiento de los terrenos de juego, donde fue reconocido como una de las grandes figuras del balón en los años 90. Hoy, antes de cumplir los 56 años, su vida refleja la trayectoria de alguien que supo reinventarse lejos de las canchas. Brolin, que integró la Selección de Suecia que finalizó tercera en el Mundial de 1994, incursionó como empresario, productor musical, restaurador, promotor inmobiliario, jugador profesional de póker y, más recientemente, vendedor de aspiradoras. “Hay un momento para ser protagonista y un momento para ser espectador”, señaló el exfutbolista en una entrevista recogida por La Gazzetta dello Sport.
Desde su irrupción temprana en el fútbol, Brolin ganó títulos con clubes como el Parma, el Leeds United y el Crystal Palace. En el Parma logró levantar una Copa de Italia, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa y una Copa de la UEFA. “Fue divertido de niño y un trabajo cuando crecí. Sin duda, fue una aventura inolvidable porque gané muchísimo: con el Parma, una Copa de Italia, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa y una Copa de la UEFA. Con Suecia, quedé tercero en el Mundial de 1994. Y ese año, quedé cuarto en la clasificación del Balón de Oro, por detrás de Stoichkov, Roberto Baggio y Paolo Maldini. Nada mal, ¿verdad?”, recordó el exjugador, según publicó el periódico italiano.
Su participación en la Copa del Mundo celebrada en Estados Unidos lo catapultó a la fama global. Además de sus tres goles en los siete partidos que disputó la selección nórdica —que terminó tercera tras imponerse 4-0 a Bulgaria—, sus festejos se hicieron inolvidables. En cada ocasión que anotó, hizo su clásico giro de 360° grados para celebrar su tanto con la camiseta de su país.
La decisión de dejar el fútbol a los 28 años se produjo en pleno auge. “Todo el mundo me decía que era demasiado pronto. Yo siempre respondí: ‘Depende de lo que hayas hecho en esos 28 años’”, explicó Brolin. “Había logrado mucho en mi carrera. Y la vida es demasiado corta para hacer cosas aburridas. No hago cosas que no disfruto”. Su curiosidad e inquietud, dijo, lo llevaron a buscar nuevos rumbos cuando el fútbol dejó de ser su prioridad. “Siempre he sido muy curioso”, afirmó el exdelantero. “Necesitaba algo más. Mi mente buscaba nuevas experiencias, y ser emprendedor me ayudó”.

El salto al mundo empresarial fue determinante. En la entrevista con La Gazzetta dello Sport, Brolin contó que se asoció con un inventor que le propuso fundar una empresa de aspiradoras, una oportunidad que marcó un antes y un después en su vida profesional. “Un hombre se me acercó. Era un personaje peculiar: un inventor. Me propuso la idea de una nueva aspiradora. Me sentí atraído por ella y fundé una empresa con él. Fue el empujón que me hizo no querer volver nunca más a este campo”, señaló sobre su alejamiento definitivo del fútbol.
El exdelantero también probó suerte en el póker profesional y en la música. Relató su paso por los casinos: “Por casualidad, empecé a jugar con amigos en Estocolmo, le tomé el gusto y, partida tras partida, acabé en los grandes casinos de Las Vegas. Podía recibir buenas o malas cartas, pero no dejaba que se me notara. Intenté estudiar a mis rivales. De eso se trata el juego. Pero luego, este ambiente también me cansó. A veces me pregunto: ¿soy demasiado inquieto? La verdad es que siempre necesito nuevos estímulos”.
Sobre la posibilidad de regresar a los terrenos de juego, Brolin se muestra rotundo. “Nunca pensé en volver a jugar al fútbol. Lo sigo, veo los partidos que me interesan, observo a los jugadores, nunca me pierdo un partido del Parma, porque ese club sigue siendo mi corazón, pero no puedo decir que no podría vivir sin el fútbol. Sería una mentira, y me considero una persona honesta. El fútbol es hermoso, tanto jugarlo como vivirlo como espectador, pero esa época ya pasó”.

La idea de ser entrenador tampoco lo atrae. “No soy apto para ser entrenador. Un entrenador tiene que atender a veinticinco personas, y me cuesta cuidarme a mí mismo. No, estoy satisfecho conmigo mismo: tengo mis pasiones, mis aficiones, mis partidas de pádel con amigos, mi golf… ¿Podría un entrenador hacer todo esto? No, así que tengo más suerte que un entrenador. El secreto es vivir con ligereza, disfrutar del momento”, señaló a La Gazzetta dello Sport.
Con 63 goles en su paso por clubes reconocidos como Parma y Leeds United en Inglaterra, más sus 28 tantos con la selección (cuatro de ellos en los Mundiales que jugó), Brolin fue considerado en su momento una de las grandes esperanzas del fútbol de Suecia. La combinación de éxitos tempranos y una vida posterior marcada por la independencia y la exploración de distintas áreas lo convirtieron en una figura singular del panorama deportivo europeo.
