Leclerc y Hamilton desanimados en Austin: el auto se siente complicado

Nueve décimas que tienen más peso que cualquier otro dato. A estas alturas, el SF-25 tiene poco que aportar en este cierre de temporada, dado que su desarrollo se ha detenido antes que el de sus competidores. Sin embargo, ciertos momentos reflejan claramente las dificultades de un 2025 que se presenta complicado, y el octavo y décimo puesto en la clasificación al sprint en Austin son el espejo más fiel de estas cuestiones críticas.

El circuito texano es uno de los más traicioneros de la temporada, no solo por las variaciones en altitud en las continuas depresiones, una característica distintiva de la pista, sino también por su diseño. Austin es un trazado que exige compromiso: las curvas de naturaleza muy diversa se suceden sin descanso, lo que dificulta encontrar el equilibrio adecuado, tanto en términos de configuración como en la gestión de los neumáticos.

No es un secreto que, en clasificación, al SF-25 le cuesta extraer todo el potencial de los neumáticos. El momento más crítico sigue siendo la transición entre la penúltima y la última serie, donde Ferrari suele ser el equipo puntero que más terreno pierde. No obstante, en Austin se evidenció que las dificultades no solo estaban relacionadas con el uso de los neumáticos blandos, sino que también se extendían a los medios desde las primeras series.

Lewis Hamilton, Ferrari

Lewis Hamilton, Ferrari

Foto de: Simon Galloway / LAT Images vía Getty Images

Tanto en la SQ2 como en la SQ3 de la clasificación al sprint, los pilotos de Ferrari estuvieron al borde de la eliminación, con Hamilton logrando salvarse por apenas seis milésimas sobre Andrea Kimi Antonelli en la segunda serie. El británico le arrebató así el octavo puesto en la parrilla, aunque con una diferencia de casi nueve décimas respecto al primero: una distancia que pesa en los objetivos y, sobre todo, en la moral del equipo.

La Rossa continúa en la pelea por la segunda posición del Campeonato de Constructores, pero con un Red Bull que vuelve a la carga gracias a Max Verstappen y un Mercedes que se mantiene firme entre los cinco primeros, el riesgo de perder valiosos puntos es cada vez más inminente. Las esperanzas del Cavallino dependen de la reapertura del parc ferme tras el sprint y de las altas temperaturas, que podrían ofrecer una ligera ayuda en la gestión de los neumáticos. Sin embargo, Charles Leclerc no parece del todo optimista.

“Me sorprendería mucho que encontráramos algo que nos permitiera dar ese salto, pero espero equivocarme. Desafortunadamente, por ahora, ese parece ser el potencial de nuestro coche. Me sorprende ver a algunos equipos tan fuertes este fin de semana, aparte de McLaren y Red Bull, por supuesto, que era de esperar”, comentó el monegasco al finalizar la clasificación, claramente decepcionado.

Charles Leclerc, Ferrari

Charles Leclerc, Ferrari

Foto de: Simon Galloway / LAT Images vía Getty Images

“Pero delante también está Nico, que probablemente hizo una vuelta extraordinaria, demostrando ser consistentemente rápido durante todo el fin de semana. Debemos ver si han detectado algo que nos haya pasado desapercibido, pero hoy ha sido realmente un día malo”.

Leclerc aclaró que su vuelta en SQ3 fue limpia, sin errores significativos, pero pagó el precio por el tiempo perdido por la mañana: un problema con el coche le obligó a entrar en boxes en los últimos minutos de la sesión, justo cuando los demás intentaban registrar sus mejores tiempos. Así, el monegasco llegó a la clasificación con únicamente vueltas en el neumático duro, tres compuestos más duros que los blandos elegidos para Austin, y aun sin esos factores habría sido complicado alcanzar la cuarta fila.

“Mi vuelta en la SQ3 fue impecable. No me lamento por lo que hice. Quizás unas cuantas vueltas más esta mañana con el medio habrían ayudado: podrías afinar mejor el coche, tal vez podría haber habido una décima, una décima y media, no lo sé… pero no es suficiente. Ahora estamos demasiado atrás”.

Hamilton, por su parte, no se anduvo con rodeos y realizó un análisis directo de la distancia que lo separaba de la cabeza, con el octavo puesto a casi nueve décimas del poleman, Max Verstappen: “No es el ritmo que esperábamos. En la Q1 parecía bastante bien, pero luego comenzamos a perder rendimiento, el coche era muy complicado de manejar. Ocho décimas es una diferencia realmente grande”.

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