El 25 de septiembre, el tenista español generó preocupación al caer durante su partido en Tokio contra Sebastián Báez. Aunque sintió algunas molestias, logró recuperarse y ganar el encuentro. Solo cinco días después, se consagraría campeón al superar a Taylor Fritz. Sin embargo, su tobillo aún no estaba completamente sanado, por lo que decidió cancelar su participación en el Masters 1000 de Shanghái. Desde entonces, antes de regresar a las canchas para el Six Kings Slam —en el que alcanzó la final enfrentándose a Jannik Sinner—, Carlitos se enfocó en su recuperación y en practicar otro de sus deportes preferidos: el golf.
La lesión ocurrió frente al argentino Sebastián Báez en su debut en la superficie dura japonesa, lo que llevó a su equipo a revisar todos los aspectos médicos para asegurar su participación en los próximos partidos. El fisioterapeuta personal del jugador, Juanjo Moreno, se centró en acelerar el tratamiento, permitiendo que el número uno mundial siguiera compitiendo. “Tengo al mejor fisio del mundo”, afirmó Alcaraz tras su siguiente partido, elogiando la labor de Moreno que le permitió volver a competir en el Ariake Coliseum solo dos días después de la lesión.
El tratamiento incluyó el uso de Magnetic Tape, una cinta elástica que soporta una elongación significativa y contiene partículas magnéticas. Los medios analizaron su eficacia; aunque no actúa como un imán, colabora en una mejor recuperación muscular. Este tipo de soporte fue usado previamente por el jugador en la edición pasada de Roland Garros sin afectar su desempeño. Después del torneo, Carlitos tomó la difícil decisión de renunciar al Masters 1000 de Shanghái. “Hablando con mi equipo, consideramos que lo mejor es descansar y recuperarse”, indicó el español.
Luego, el de Murcia se dedicó a recuperar su tobillo y a desconectar del ambiente competitivo del circuito internacional, volviendo a España, más precisamente a Madrid, para disfrutar del golf. Su participación en el Pro-Am del Open de España, en el Club de Campo Villa de Madrid, captó la atención de la prensa y los asistentes al torneo. En la jornada previa al inicio de la competencia oficial, jugó junto a figuras destacadas como Jon Rahm —tres veces campeón del evento y gran referente del golf español—, el extenista y actual director del Mutua Madrid Open, Feliciano López, y su amigo cercano Borja Pácido Vera, entre otros.
La interacción entre Alcaraz y Rahm fue uno de los momentos destacados. “Estaba muy tenso”, confesó el tenista al llegar al primer tee, aunque esa tensión se disipó rápidamente, permitiéndole mostrar un juego más técnico. Desde el sexto hoyo, su nivel en el golf mejoró notablemente. Un golpe de hierro seis desde 170 metros casi logró el banderín, provocando los aplausos de sus amigos, incluyendo el reconocimiento de Jon Rahm.
Uno de los momentos más memorables de la jornada sucedió en los segundos nueve hoyos, cuando Carlos Alcaraz compartió partido con el irlandés Shane Lowry, campeón del Abierto Británico en 2019 y figura clave en la reciente defensa de la Ryder Cup por parte del equipo europeo. “Empecé a jugar al golf hace tres años y medio y desde entonces no puedo dejarlo, juego siempre que puedo”, le comentó Alcaraz a Lowry. La respuesta del golfista irlandés, con humor, no se hizo esperar: “Por lo que he visto, puedo asegurar que su golf es bastante mejor que mi tenis”, dijo entre risas.
Durante su estancia en la capital, Carlos Alcaraz priorizó un balance entre descanso y entrenamiento físico, consciente de la cercanía del Six Kings Slam, un torneo por equipos que reúne a seis grandes figuras del tenis mundial. Con seis trofeos, el tenista español es el segundo jugador más laureado del grupo. Ahora, en la final, Carlitos buscará obtener otro título y demostrar que este tiempo de descanso fue realmente necesario.