Estudiantes le ganó el clásico a Gimnasia y ahora es el líder del torneo

Hay partidos que trascienden los simples tres puntos y clásicos que quedan grabados en la memoria. En UNO, Estudiantes, en su edición número 190, reafirmó que el clásico platense le pertenece. Con oficio, jerarquía y personalidad, se impuso 2-0 ante Gimnasia, extendiendo a 19 su invicto como local contra su eterno rival y quedando como único líder de la Zona A.

Desde el comienzo, el Pincha mostró sus credenciales: presión alta, movilidad en ataque y control territorial. El equipo de Eduardo Domínguez jugó con la determinación de quien sabe que en estos encuentros no hay margen para el error. A los 12 minutos, Tiago Palacios hizo vibrar el travesaño de cabeza y provocó la primera ovación de la tarde. Gimnasia, ya sin Orfila en el banco, se mostró contenido y sin iniciativa, limitándose a sobrevivir en su propio campo y esperando alguna desatención o contragolpe que nunca llegó.

Estudiantes de La Plata –  

La victoria de Estudiantes ante Gimnasia

El premio llegó en el momento justo. Cuando el primer tiempo estaba por finalizar, Ascacibar apareció en el área para desviar de cabeza un centro de Gómez, y Edwin Cetré, la gran apuesta de Domínguez para el clásico, la envió a guardar también de cabeza, cruzándola al segundo palo. Gol y explosión.

El gritó de Cetré en el 1-0 del Pincha. 

Fotos Martín Bonetto - FTP CLARIN CAR03566.jpg ZEl gritó de Cetré en el 1-0 del Pincha.

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Lejos de conformarse, el equipo de Domínguez regresó del vestuario con ansias de más. A los 8 minutos del segundo tiempo, la presión alta del Ruso Ascacibar, que se mostró incansable, tuvo su recompensa: un pase atrás de Augusto Max dejó a Carrillo mano a mano, y el delantero no falló. Definición precisa, entre las piernas de Insfrán, y un premio para el nueve que hizo un partido fenomenal.

Guido le convirtió en los últimos dos partidos en UNO. 
Fotos Martín Bonetto - FTP CLARIN CAR03836.jpg ZGuido le convirtió en los últimos dos partidos en UNO.
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A partir de ese momento, el clásico se transformó en una demostración de control por parte del Pincha. Gimnasia se desvaneció en impotencia. Insfrán evitó una goleada mayor con varias intervenciones que maquillaron el marcador, pero no el desarrollo. Porque Estudiantes mereció, al menos, convertir un gol más, mostrando superioridad, solidez en defensa y mucha garra en cada balón, como dicta su historia.

UNO terminó siendo, una vez más, una fiesta. Y con ella, una certeza que ya parece costumbre en La Plata: cuando el clásico se juega en 1 y 57, Estudiantes no perdona.

El festejo de los jugadores del Pincha. 
Foto Marcelo Carroll - FTP CLARIN _FER0968.JPG ZEl festejo de los jugadores del Pincha.
Foto Marcelo Carroll – FTP CLARIN _FER0968.JPG Z