El actual capitán azul y oro no es solo un jugador más en la historia de la institución. Sebastián Vega ha sido una pieza clave en las dos últimas Ligas Nacionales, la Supercopa y la Copa Super 20. Sin embargo, su vínculo con los hinchas trasciende los trofeos ganados; el alero está disputando su cuarta temporada en el club (tercera de manera consecutiva) y, sin duda, se ha convertido en ídolo de la afición boquense.
Sergio García Mora es un ferviente hincha del básquetbol azul y oro, un incondicional seguidor del equipo en cada encuentro. Recientemente, decidió llevar su pasión al siguiente nivel al tatuarse un fragmento del himno del club junto a una imagen icónica de un festejo de Sebastián en las últimas finales. “La idea nació de lo especial que fue la temporada pasada y todo lo que el equipo le hizo sentir a la gente”, compartió. Destacó que “el ambiente en cada partido fue espectacular y el equipo mostró dedicación, juego y corazón para vencer a Ferro, Quimsa e Instituto en los Playoffs”.
El origen del tatuaje de este apasionado por Boca
Respecto a la idea del tatuaje, detalló: “Se materializó cuando escuché esas estrofas del himno de Boca justo al ver el posteo del robo y la volcada de Seba con ese grito del alma. Luego, fue la magia de Gabriel (el tatuador) quien plasmó todas esas ideas en un boceto”.
La elección de Sebastián Vega se explica de manera sencilla, pues define que “es un ejemplo de lucha, es un jugador que nunca te deja a gamba en las dificultades. Su entrega encarna el ADN de Boca. Además, siempre fue el jugador favorito de mi hija y tuvo un hermoso gesto con ella en su cumpleaños. Se nota que es un tipazo por cómo trata a todo el personal y porque siempre hay alguien del equipo rival que lo saluda con afecto”.
Sergio manifiesta lo que representa su pasión por el básquet de Boca: “La locura de la Bombonerita es lo que me mantiene cuerdo durante la semana. Ser parte de algo más grande, donde no importa el resultado. Siempre estamos alentando porque somos el pueblo y el carnaval. Cantar todas las canciones es nuestro grito de amor en cada instante del partido. Cada juego es una fiesta. Además, he conocido a muchas personas con las que compartimos tribuna en cada partido y hemos forjado amistades”.
Para finalizar, no duda en resumir que “lo más hermoso para mí es compartir el partido y la tribuna con mi hija y mi esposa, siendo parte de algo increíble, grandioso e histórico. Porque ser de Boca es maravilloso”.