Luego de sufrir dos derrotas consecutivas y en medio de un contexto institucional que cada día amenaza la normalidad, San Lorenzo visitó Tucumán para enfrentar a Atlético con la urgente necesidad de obtener una victoria que le permitiera mantener la fe, evitar riesgos de caer fuera de los primeros ocho en la Zona B y regresar a los puestos de Sudamericana en la tabla anual. Y, a pesar de entrar dormido al partido y ver cómo en menos de diez minutos ya se encontraba en desventaja, logró dar vuelta la situación y salió con una sonrisa.
Ante la necesidad de revertir los malos resultados, Damián Ayude ensayó un nuevo esquema durante la semana, que claramente no dio resultado: antes de los diez minutos, su equipo ya se encontraba abajo en el marcador. Lo más preocupante fue la falta de concentración inicial, que les dificultó meterse en el partido.
En una jugada a balón parado, Romaña despejó sin demasiada fuerza; el balón hizo una carambola en la espalda de Nacho Perruzzi y quedó servido para Marcelo Ortiz, quien definió con poco oposición de Orlando Gill, poniendo al Decano en ventaja.
Si San Lorenzo llegó groggy al inicio del partido, el gol solo profundizó esa situación. La ubicación de Fabricio López como volante no generó peso ni en defensa ni en ataque; Facundo Gulli se situó más cerca de Perruzzi y Nico Tripichio que del arco rival, donde podría hacer la diferencia, dejando a Alexis Cuello muy aislado.
No obstante, los de Boedo lograron presionar hacia el arco de Matías Mansilla hacia el final de la primera mitad: primero con un remate desde afuera del área de Gulli, y luego con una buena combinación entre Cuello y el Pocho Cerutti, que terminó en un disparo de #28 que se fue al lado de la red.
Sin embargo, lo que caracterizó a San Lorenzo en Tucumán fue su capacidad de golpear en los momentos decisivos. En el final del primer tiempo, Mansilla salió a cortar un centro, erró en su intento y chocó con su compañero y con Cuello… gracias al VAR, el árbitro sancionó un penal que Cuello convirtió en gol, permitiendo que el equipo se fuera al descanso empatando. Ya en el inicio del complemento, con Herazo en cancha, Tripichio anticipó a todos en un córner de Gulli y estableció el 2-1.
En medio, un ambiente interno en Atlético que no ayudaba en absoluto. Antes del partido, el plantel del Decano decidió no concentrar debido a un atraso en los premios, lo que llevó al público a señalar al equipo desde el comienzo. Además, durante el entretiempo, sus propios compañeros tuvieron que detener a Leandro Díaz, que discutió acaloradamente con algunos plateístas (al final del partido, la situación se repitió), mientras que en el segundo tiempo, algunos hinchas desafiaron el juego al subirse al alambrado.
Todo lo deficiente que mostró San Lorenzo en la primera mitad se esfumó en el segundo. Con Herazo ubicado como centrodelantero, el equipo ganó en peso ofensivo y también obtuvo un socio para Gulli, que resultó fundamental como conductor con sus pases filtrados. La realidad es que el Ciclón tuvo suficientes oportunidades para ampliar la ventaja, pero le faltó mejor resolución en los últimos metros. Atlético, por su parte, empujó en el cierre con más ímpetu que fútbol y logró que Ruiz Rodríguez llegara a la igualdad, aunque en posición de offside.
San Lorenzo ganó, logró revertir un partido complicado por el contexto y se reincorporó a todas las luchas.
Lo mejor de Atlético Tucumán vs. San Lorenzo
Atlético Tucumán –
La victoria de San Lorenzo ante Atlético Tucumán
El cruce del Loco Díaz con la gente de Atlético
Atlético Tucumán –
La pelea de Leandro Díaz con los compañeros y la hinchada
Leandro Díaz –
El Loco Díaz pidió que le abrieran la puerta para trompear
El delantero le reclamó a un empleado de Atlético Tucumán que le facilitara el ingreso a la platea. Fuente: ESPN.