Control de años: Gallardo pasa por su peor momento en River

Hace siete años (y dos días), Marcelo Gallardo instaba a los hinchas de River a creer porque tenía “con qué creer”. Había perdido la semifinal de ida de la Libertadores ante Gremio en casa. Sin embargo, a pesar de ese golpe a la ilusión, el DT mantuvo la fe y la compartió. Su pronóstico fue certero: victoria en Belo Horizonte, una final soñada contra Boca y un título que marcó su ciclo, así como a varias generaciones.

Todo eso parece estar muy lejos ahora: a 84 meses de esa frase que se transformó en eslogan, si el mismo Gallardo se sentara frente a las cámaras para repetirla, sonaría casi a cliché inoportuno por falta de sustento. Este River, que se debe más al Muñeco por su conformación que por una verdadera identificación, no atrae a los feligreses, casi que los rechaza. No presenta flancos optimistas en los que se pueda sostener la fe.

Pero, ¿tiene con qué hacerlo este River? El desafío para un Gallardo que está atravesando su peor momento en Núñez será gestionar de manera eficaz los daños de este 2025, que solo tiene un objetivo al que apuntar: el Clausura. “En estos 45 días debemos ver si podemos aferrarnos al campeonato. Es la única oportunidad de revertir este año totalmente negativo”, advirtió el Muñeco durante sus seis crudos minutos de exposición ininterrumpida.

El Muñeco, al salir del hotel (Juano Tesone).El Muñeco, al salir del hotel (Juano Tesone).

En su discurso, el técnico incluso deslizó frases que instaron a la incertidumbre sobre su futuro: “Al final de la temporada haremos un análisis de cómo seguimos (…) Después, se tomarán las decisiones que se tengan que tomar, es así”.

Aunque referirse a diciembre, aun cuando esté cerca, para River es como hablar de la posteridad. La dura rutina diaria permite poco espacio para nada que no sea intentar mitigar las consecuencias de los papelones. En esa línea, el objetivo que se planteó Gallardo resulta tan urgente y lógico como complejo. Necesita frenar una sequía inesperada: en 15 meses, el Muñeco dirigió a River en siete torneos y no logró ganar ninguno.

River enfrenta una serie de compromisos equivales a un Mundial para suavizar el impacto de su temporada olvidable. El encuentro ante Gimnasia será una prueba de carácter en un Monumental que se convertirá en un cabildo abierto. Una semana más tarde, vencer a Boca en la Bombonera podría funcionar como un impulso para el plantel, aunque caer significaría perder otro campeonato. Y frente a Vélez, con Guillermo al frente, se someterá a un examen de competitividad.

Si logra una victoria contundente (o se aproxima a ella), River obtendrá su boleto a la Libertadores y habrá cumplido con el objetivo menos ambicioso de todos los que se propuso. Luego, el foco se dirigirá a los playoffs: otros posibles cuatro partidos que podrían traducirse en un título, incluso dos, si hay Trofeo de Campeones.

Luego de la eliminación, el Muñeco y Borja (Juano Tesone).Luego de la eliminación, el Muñeco y Borja (Juano Tesone).

El mapa teórico podría generar ilusión en otro contexto. En este, parece más una ilusión sin sustento. Si River está en un “momento de mierda”, es porque ni Gallardo ha encontrado el plan adecuado ni los futbolistas han interpretado el mensaje para ejecutarlo. Que el DT lo haya reconocido públicamente puede ser un paso adelante: hasta ahora, sus pronósticos han fallado.

Porque es tan cierto que los jugadores no han rendido a la altura de las inversiones realizadas en las tres últimas ventanas de transferencias como que fue el Muñeco quien los eligió. Y aunque es verdad que la consolidación de un equipo requiere tiempo, el DT sabía que no contaría con márgenes de competencia ni de fixture al momento de salir al mercado.

Tampoco han ayudado las rotaciones de nombres y esquemas. Lo mismo ocurre con los estilos. ¿Cuál es el River que desea el DT? ¿El que con Lencina y Juan Cruz Meza deslumbraba con su velocidad al inicio del Clausura? ¿El que con pragmatismo y gran temperamento se impuso a Racing en la Copa Argentina? ¿El que, a pura intensidad, arrasó a Estudiantes y días más tarde presionó a Palmeiras en el Monumental, generando ilusión para la revancha?

San Pablo Brasil
Estadio Allianz Parque 
Cuartos de Final Copa Libertadores 

Palmeiras vs River Plate

Foto Juano Tesone / enviado especial - FTP CLARIN JUA05002.JPG Z JTesoneSan Pablo Brasil
Estadio Allianz Parque
Cuartos de Final Copa Libertadores

Palmeiras vs River Plate

Foto Juano Tesone / enviado especial – FTP CLARIN JUA05002.JPG Z JTesone

Las rotaciones de nombres y esquemas, que incluyeron apuestas por juveniles y refuerzos de gran nivel, no lograron darle confianza a un grupo anímicamente derrumbado. Un equipo que no ha sabido representar a la hinchada y que ha escuchado en el Liberti y en el Kempes cánticos con insultos.

Esto refleja la magnitud del mal momento. El equipo ya no tiene margen para más tropiezos: los siete que ya sufrió (ver Las piñas…) lo han dejado sin aire. Sin confianza. Del control de daños del año dependerá que River vuelva a creer. Y que esas “decisiones” a las que se refirió el Muñeco no vayan más allá de una simple evaluación.