La semifinal de ida fue un duro partido para Racing. La Academia no logró establecerse en Brasil y, a pesar de las destacadas intervenciones de Facundo Cambeses, el equipo dirigido por Gustavo Costas sucumbió 1-0 ante Flamengo debido a un autogol de Marcos Rojo. Sin embargo, los jugadores del conjunto de Avellaneda mantienen la esperanza y cuentan con un dato alentador que puede sostener su ilusión.
En cinco ocasiones, tras perder el primer partido de la serie, equipos argentinos lograron revertir el marcador y avanzar a la final de la Copa Libertadores. Además, en cuatro de esos cinco casos, los clubes albicelestes se coronaron campeones en los duelos decisivos por la Gloria Eterna. Al menos en teoría, esta estadística puede jugar a favor del combinado racinguista.
1968, el rugido del León
Curiosamente, Racing se presenta como el villano en el primer ejemplo. En 1968, sin saberlo, Estudiantes iniciaría la etapa más gloriosa de su historia. Tras arrasar en la primera y segunda fase (con 11 puntos y seis unidades, respectivamente), el Pincha se clasificó a las semifinales del torneo de la Conmebol. Allí, lo esperaba la Academia, que había accedido automáticamente a esa instancia tras haber ganado la edición de 1967.
En el primer enfrentamiento, disputado en el Cilindro, el equipo albiceleste se impuso 2-0 con goles de Humberto Maschio y Roberto Perfumo. La situación parecía insalvable, pero el León de Osvaldo Zubeldía rugió como nunca para cambiar la historia. En el partido de vuelta, en un duelo áspero pero repleto de goles, el Pincharrata venció 3-0 con anotaciones de Rodolfo Fucceneco y un doblete de Juan Ramón Verón (La Bruja original).
El triunfo platense provocó un tercer encuentro de desempate (en ese entonces avanzaba quien ganaba más partidos). En ese último cotejo, con un impresionante gol de chilena de Verón, Estudiantes empató 1-1 y llegó a la final por la diferencia de gol a favor. El resto es historia: los dirigidos por Zubeldía levantaron tres Copas seguidas (1968, 1969 y 1970) y fueron campeones del mundo al vencer al Manchester United (1968).
1994, el inicio de la Leyenda Bianchi
1994 marcó un antes y un después para el fútbol argentino: en ese año, Maradona disputó su último Mundial y Carlos Bianchi inició la racha que lo convertiría en el técnico más exitoso de la Libertadores (cuatro títulos ganados). Pero, primero, el Virrey tuvo que enfrentarse con Vélez al Junior de Barranquilla de Carlos Valderrama, y el camino no comenzó bien: los colombianos se llevaron el primer encuentro con una victoria 2-1 en el Estadio Metropolitano.
En el partido de vuelta, el marcador se repitió, pero a favor de El Fortín: los goles velezanos fueron anotados por Christian Bassedas y José Flores, mientras que Iván Valenciano descontó para los cafeteros. Todo se definió en los penales y desde los 11 pasos, en un José Amalfitani que se sentía como una caldera, José Luis Chilavert se convirtió en el héroe que permitió a Vélez avanzar a la final. Luego, la historia ya conocida: los fortineros alzaron el trofeo de la Conmebol y la Copa Intercontinental.
Román, desde lejos no se ve (2007)
Tras su regreso a Boca en 2007, Juan Román Riquelme estaba imparable y el Xeneize se convirtió en una aplanadora a nivel continental. Nada hacía presagiar que algo podría detener el camino al título del equipo dirigido por Miguel Ángel Russo. No obstante, en la semifinal de ida se produjo la sorpresa: en Colombia, el Club de la Ribera comenzó ganando con un gol de Pablo Ledesma. Sin embargo, una explosión goleadora revirtió el resultado y el modesto combinado rojinegro logró un batacazo con un 3-1.
Una semana después, una densa niebla cubría la Bombonera. Apenas se podía distinguir el césped desde las gradas y la pelota amarilla se convirtió en la protagonista de una noche mágica para Boca. Riquelme abrió el marcador en un momento de incertidumbre con un espectacular tiro libre, y posteriormente Martín Palermo anotó el segundo de cabeza. De la misma manera, Sebastián Battaglia selló la serie con un 3-0 definitivo. Por supuesto, como era habitual en los 2000, el Xeneize se consagró campeón.
Lanús-River y la génesis de “inventaron el VAR” (2017)
Hoy quizás más recordado por la frase posterior de Enzo Pérez “Inventaron el VAR” durante un Superclásico, lo cierto es que las semifinales de 2017 son parte de los grandes hitos de Lanús. Luego de un solitario gol de Ignacio Scocco en el Monumental, River superó 1-0 al Granate en el primer duelo de la llave.
En el segundo encuentro, La Fortaleza sería testigo de una remontada pocas veces vista en Sudamérica. El Millonario abrió el marcador gracias a Scocco y Gonzalo Montiel; pero con una fuerza rara vez vista, el Grana lograría una de las remontadas más memorables: José Sand anotó el primero con un potente disparo al primer palo y marcó el segundo casi al inicio de la segunda mitad.
Después, Lautaro Acosta se hizo presente para empujar el balón tras una secuencia de toques, y Alejandro Silva, de penal (cobrado por el VAR), consumó el milagro. Lanús llegó a la final, pero Gremio lo dejó a las puertas de la gloria.
2018: Penal para River, aquí en Porto Alegre
Por último, queda otra serie que dejó una nueva frase mítica. “Penal para River, aquí en Porto Alegre”, en la voz de Mariano Closs, surgió tras el momento en que el VAR le otorgara inesperadamente un tiro penal al cuadro de Núñez. Los dirigidos por Marcelo Gallardo habían perdido 1-0 en casa y buscaban la épica en Brasil. El partido estaba empatado 1-1 y Gonzalo Martínez tomó la pelota.
El Pity respiró profundo, tomó carrera y con un zurdazo la envió al fondo de la red en el tiempo extra. Así, La Banda clasificó al encuentro más importante de la competencia y, tras los escándalos previos, derrotó a Boca en Madrid.
¿Podrá Racing darlo vuelta? Si lo logra, con estos datos en mente, las posibilidades de consagrarse campeones son altas. Todo se sabrá a partir de las 21.30 de este miércoles 29 de octubre en el Cilindro de Avellaneda.











