Argentina, un fobal donde ganan todos

“En la Copa Argentina puede pasar cualquiera…”, reza el lema publicitario del torneo. Esta frase podría completarse con la afirmación de que en el fútbol argentino todos tienen la posibilidad de triunfar, y que hasta el equipo más fuerte puede caer ante el más modesto. La victoria de Independiente Rivadavia, alzando el trofeo nacional, es un claro ejemplo de que quien menos tiene puede superar a quien mejor juega (Argentinos). Como ya ocurrió con Platense en el Apertura, dos conjuntos que se armaron para intentar mantener la categoría, en 2026 jugarán la Libertadores.

El equipo de Alfredo Berti no cuenta con excesos. Conformado por futbolistas que poseen más experiencia en el Ascenso que en la Primera, una institución que llegó a la Liga Profesional hace apenas dos años ahora se permite un festejo que ni en sus mejores expectativas soñaron. Por supuesto, cuando el grupo comenzó a lograr resultados positivos, nadie podía quitarles la ilusión a los hinchas mendocinos que colmaron Alta Córdoba, viviendo así la mejor noche de sus vidas.

Un equipo que es consciente de sus limitaciones pero también de sus fortalezas. Las aprovechó en el primer Cordobazo de esta Copa Argentina frente a River, donde se impuso por penales. Y lo volvió a demostrar anoche: se puso dos goles arriba, aguantó la primera expulsión, supo lidiar con el descuento rápido, pero la segunda roja y la lesión de su arquero fueron demasiado para evitar el 2-2 final ante el Bicho. Ya en la tanda de penales, mostró nuevamente un temple de acero, sin fallar ante un gigante como Romero y respaldándose en la experiencia y títulos de Gonzalo Marinelli: se convirtió en el protagonista de este capítulo histórico, al traer la primera estrella para Mendoza en el fútbol profesional.

Independiente Rivadavia, con uno de los presupuestos más restringidos del fútbol argentino, cuenta con la calidad individual de Sebastián Villa y Alex Arce, y gracias a ellos ha formado un equipo que entró en la historia, como Patronato en 2022 y Central Córdoba en 2024. Por supuesto, en el fútbol argentino puede ganar cualquiera.