
Pasó de estar muy enojado por la mano que ignoró Fernando Espinoza y el VAR a celebrar como un loco en cuestión de segundos tras el gol de Montiel. Esa fue la realidad de Gustavo Quinteros y de todo Independiente, que logró un triunfo agónico en el complicado Guillermo Laza, donde Riestra no caía hacía 27 partidos (casi un año y medio). Así, el Rojo mantiene mínimas, pero reales posibilidades de clasificar a la Copa Sudamericana. “Con Central es una final”, aseguró el entrenador respecto a la última fecha, donde deberá sumar de a tres para continuar con el sueño copero.
Como es habitual, el encuentro ante el Malevo no fue sencillo. “Fue un partido parejo, pero por momentos fue mejor Independiente”, destacó el técnico, quien también señaló la jugada polémica del final, cuando la pelota tocó la mano de Barbieri. “Fue clara, era penal. No sé por qué no la cobró el árbitro ni el VAR”, afirmó.
Inmediatamente después de la polémica llegó el tanto de la victoria, marcado por Santiago Montiel, quien necesitaba festejar: “Siempre es importante que marquen los atacantes. Ya lo habían hecho Ávalos, Abaldo, Loyola… Ahora faltan Cabral y Pussetto. Ojalá sea en el próximo partido”.
El próximo encuentro se ha convertido en una obsesión para Quinteros, tanto por el rival como porque el Rojo necesita con urgencia los tres puntos. “El fin de semana próximo tendremos que enfrentar al mejor equipo del año”, señaló, añadiendo que entre Galdames, Pérez Curci y Mancuello se encontrará el reemplazo de Loyola, convocado a la selección de Chile. Además, agregó: “Estamos en deuda con la gente, yo estoy en deuda. Ojalá contra Central podamos jugar bien y darles una alegría a los hinchas”.
El entrenador, que ayer logró su tercer triunfo consecutivo en siete partidos al mando del equipo, siente que es parte responsable del flojo semestre. “Tenemos un poco de angustia por no haber podido clasificar entre los ocho. Este equipo no merece estar en la posición en la que está… Ojalá que se nos pueda dar la clasificación a la Sudamericana”, concluyó.





