Thelma Edith Salvi, la jefa que levantó a Midland, charlaba con Grondona y arengaba en el vestuario mirando al techo

Midland, mucho más que un viejo invicto de 50 partidos

Cachi Salvi, una historia de película

La historia de Salvi, regresando al próspero Midland campeón de la Primera B (con Apertura y Clausura destacadas), podría dar para un libro o incluso una serie de Netflix. “Mi madre fue una mujer adelantada a su tiempo. Fumaba cuando era mal visto, usaba jeans, se imponía entre los hombres. Era una emprendedora. Tenía negocios, estaciones de servicio, y falleció en 2023, ya establecida en San Rafael, cerca de las montañas, donde se dedicaba a la producción frutihortícola”, le contó su hijo Eduardo Bobboni. Cachi, su madre, se dedicó a la docencia. Se graduó a los 17 años en magisterio, fue maestra de grado, secretaria y directora. Luchaba por todo. Fue una militante social en épocas complejas. “En su juventud, su ideología se inclinaba hacia la izquierda, participando en organizaciones combativas. Algunos de sus compañeros de lucha aún están desaparecidos. Se salvó porque una amiga le advirtió que la estaban buscando y tuvo que esconderse casi un año en Las Toninas… Pertenecía a una generación que creía que lo colectivo y solidario era más importante que lo individual. Formaba parte de un grupo de personas comunes, fomentistas, cooperativistas, que tenían una visión de futuro sobre los clubes, más allá del desarrollo futbolístico. Posteriormente, vino una sociedad sin los valores esenciales que esos viejos representaban. ¿Cuántos directivos de hoy crees que están ahí por algo más que el dinero o por ser personajes públicos?”, plantea Bobboni como una pregunta con respuesta casi evidente.

La pelotita no fue todo