Guillermo y Troglio en el Olé Summit: el fútbol argentino, la Selección y anécdotas imperdibles

“Hola, Pedrito, ¿qué hacés?”. Guillermo sonríe y al otro lado, Troglio acelera el abrazo. Hay un cariño genuino entre ambos, forjado en Gimnasia en 1997, cuando Pedro regresó al fútbol argentino tras su paso por Japón y el Mellizo, aunque era un joven, ya estaba consagrado en el Lobo. “Este es uno de mis barrios”, afirmó Barros Schelotto al llegar a la Usina del Arte, en el corazón de La Boca, para participar en el Summit, lo que generó una multitud de hinchas que lo vieron llegar. Fotos, saludos, y algunas camisetas aparecieron en el ambiente.

El ex #7 se sumó con entusiasmo y atendió a cada uno de los presentes. Luego, compartió con Troglio un momento previo a la charla: “Con Pedro jugamos juntos; él vino a Gimnasia y después yo me fui a Boca. Pero compartimos una etapa muy linda. Nos hicimos grandes amigos y construimos una relación sólida. Sin embargo, como sucede en la vida, después yo me fui, él inició su carrera como director técnico, y yo jugué en Estados Unidos… pero nuestra relación es excelente”, relató Guille.

Precisamente, Gimnasia fue un tema recurrente en la conversación. “Cuando jugaba conmigo, Guillermo era muy picante. Se enfrentaba con la tribuna visitante. Un día recuperé una pelota, se la pasé y descubrí que estaba discutiendo con los hinchas de Lanús. Y después terminó dirigiendo ahí”, contó Troglio, provocando risas entre los presentes. “En ese momento uno se enoja y se calienta. A veces parece una falta de respeto, aunque es una reacción propia de la cancha, no una ofensiva”, explicó el Melli.

Troglio aportó más datos: “En aquella época, yo comía a menudo en la casa de los Mellizos, cuando aún vivían con sus padres, y siempre fueron picantes. Pero el más bravo de los dos era Gustavo, porque no solo hablaba, sino que también metía. No como vos”, lanzó, dirigiéndose a Guille. “No como vos, que los matabas a goles pero nunca pegabas”, añadió. “Pero tú nunca dejabas de correr, tenías un motor atrás”, le elogió Guille.

Ambos coincidieron en un aspecto: el valor del fútbol argentino. “Es único, se vive con una intensidad que no se encuentra en otro lugar. Aquí te putean todos, pero no lo cambiaría por nada, es lo más hermoso que hay”. Pedro también destacó la competitividad del torneo local: “Nadie imaginaba que Platense sería campeón y eliminaría a tres equipos grandes en sus canchas. En este campeonato, el último puede competir con el primero, y no se sabe quién ganará”, afirmó.

Este nivel de competencia también se refleja en la Selección: “Para mí, estará entre los candidatos. A nivel Sudamérica marca la diferencia y se encuentra a la par de los mejores equipos europeos”. Troglio coincidió: “Creo que les irá bien en el Mundial; los veo entre los finalistas, es un equipo que siempre evoluciona”, expresó.

Pedro, en su turno, compartió su experiencia en Honduras: “Fui por un rato y terminé quedándome seis años. Quería salir campeón con un equipo que no había logrado títulos y fui a Olimpia. Ahí ganamos mucho”. Por su parte, Guille relató cómo vivió el partido de Vélez contra Gimnasia, donde se enfrentó a su hijo Nicolás, un mediocampista destacado. “Fue incómodo; yo quería ganar y él también, pero lo superamos con profesionalismo”, agregó.

Luego hubo tiempo para algunas reflexiones futbolísticas en una conversación muy amena moderada por Miguel Ángel Rubio, gerente de comunicación de la Liga Profesional. Durante este encuentro, a Guillermo se le consultó sobre su experiencia con Zlatan Ibrahimovic, cuando lo dirigió en Los Ángeles Galaxy.

“Para mí, está a la altura de Ronaldo Nazario, y en mi opinión, está por encima de Cristiano. Después de Diego y Messi, es el jugador que más me impresionó por su jerarquía”. Enseguida, alguien le preguntó que eligiera: “¿Ibrahimovic o Palermo?”, y Guille respondió sin dudar: “Noo, Martín, Martín”, provocando la ovación del auditorio.