Era una oportunidad para que Liverpool y Alexis Mac Allister mejoraran la imagen que dejaron en los últimos partidos. Los Reds venían de sufrir dos derrotas consecutivas por 3-0 (ante Manchester City y Nottingham Forest), y enfrentarse al PSV podría ser el inicio de su recuperación. Sin embargo, no fue así. Con un partido discreto del volante argentino, los ingleses perdieron 4 a 1, alargando su mala racha.
Alexis se ubicó como volante interno junto al neerlandés Gravenberch, aunque, en algunas ocasiones, asumió funciones de cinco posicional para dar inicio a las salidas desde el fondo. A pesar de ello, los momentos más destacados del ex Boca coincidieron con su conexión por la izquierda, especialmente, con Gakpo. Así se produjo el empate, luego de que Ivan Perisic abriera la cuenta para la visita mediante un penal, tras una mano insólita de Van Dijk al inicio del encuentro.
El #10 asistió al delantero, quien desbordó y disparó al arco: tras un rebote del arquero Kovar, Szoboszlai logró el 1-1. A partir de ese momento, los Reds empezaron a dominar la posesión y Mac Allister se convirtió en uno de los ejes del juego, aunque la precisión en sus pases cortos no se reflejó en los envíos largos. Sin embargo, mantuvo la complicidad con Gakpo, lo que generó otras dos claras ocasiones para el local.
Segundo tiempo flojo para Liverpool
El PSV se defendió con los 11 jugadores en su campo y aprovechó la segunda oportunidad clara que tuvo para aumentar la ventaja, gracias a Guus Til, al comienzo del complemento. A partir de ese instante, el Liverpool perdió claridad, y aunque mantuvo el control del balón, no logró hacer daño. Alexis perdió protagonismo y apenas tuvo un cabezazo en un córner que fue interceptado antes de que entrara al arco (aunque el árbitro español Hernández sancionó una falta que no existió).
Para colmo, los neerlandeses sentenciaron el encuentro con dos goles de Couhaib Driouech (uno en el cierre) y disputaron los últimos minutos con soltura, entendiendo la necesidad del rival. De este modo, en los Reds prevaleció la ansiedad por buscar el descuento, lo que resultó en falta de ideas y llevó a que algunos de sus propios hinchas abandonaran Anfield antes de que el reloj marcara los 90 minutos. Deficiente partido y delicada situación para el local: recibió diez goles en los últimos tres encuentros.







