Luego de 315 partidos en una década y media en River, estos días son bastante significativos para Milton Casco: la incertidumbre sobre su futuro y la búsqueda de un nuevo club no son situaciones comunes para él. Sin embargo, debe enfrentarse a esta realidad tras la depuración de ídolos del plantel que decidió implementar Marcelo Gallardo. Su representante no solo se pronunció sobre su futuro, sino que anunció que “acordamos hacer un duelo por dos semanas y después decidir”.
“Después de todo este tiempo, él decidirá si prefiere jugar en el fútbol argentino o en el exterior. Fueron diez años en un club de gran envergadura; para él, River es casi como una familia”, explicó Eduardo Palomar, también expresando su gratitud hacia la institución donde su representado alcanzó el mayor éxito. Elogiado por sus cualidades técnicas, el Chanchi se comunicaba a través de sus botines: de pocas palabras, este diestro que golpeaba la pelota con la zurda como pocos sorprendió a todos sus compañeros por su entendimiento táctico y su destreza con el balón.
¿Qué le depara el futuro? Gimnasia aparece como una opción, aunque todavía no se han iniciado contactos formales dado que Carlos Anacleto fue elegido presidente el sábado. “No ha habido ningún acercamiento con Gimnasia. Él tiene a sus dos hijos jugando allí. He recibido propuestas del extranjero, pero del ámbito local no llegó nada”, comentó Palomar, en diálogo con Dsports Radio.
Recordó las múltiples ofertas que recibió durante su permanencia en River: “Milton tuvo propuestas de Francia, Portugal y Brasil, pero siempre mantuvo el deseo de quedarse en el club. Renovó contrato en varias ocasiones”, afirmó, antes de rememorar esos días previos a su llegada a Núñez, que se concretó a mediados de 2015.
“En su momento, Milton estuvo a punto de jugar en Boca, pero no se concretó debido a un tema judicial, relacionado con las ventas de Belluschi e Insaurralde a Rusia. Posteriormente, Newell’s había decidido cederlo al Olympique de Marsella, pero eso no se realizó por la renuncia de Bielsa, y entonces llegamos a River tras unos días de espera. Si esta transferencia no se hubiera frustrado, él no habría llegado a River. Las cosas suceden por una razón, y para estar en River durante diez años hay que trabajar de manera constante todos los días”, compartió.
