A pesar de un fin de semana sólido en Lusail, Isack Hadjar no obtuvo la recompensa que esperaba. Noveno en la carrera sprint, el francés estuvo muy cerca de llevarse un punto simbólico el sábado. Después de una clasificación principal donde finalizó en un notable sexto lugar, posición que mantuvo durante gran parte de la carrera, Hadjar ni siquiera llegó a ver la bandera de cuadros del Gran Premio.
A solo dos vueltas del final, cuando se dirigía hacia una buena sumatoria de puntos, el piloto de Racing Bulls sufrió un pinchazo en su neumático delantero izquierdo. En un contexto donde los neumáticos eran muy frágiles en el circuito de Qatar —hasta el punto de que Pirelli y la FIA establecieron un límite de vueltas por juego—, la primera explicación del daño fue la de un neumático excesivamente deteriorado.
No obstante, el piloto aclaró tras la carrera que ese pinchazo había sido provocado por una pieza de su propio coche. Alrededor de diez vueltas antes de cruzar la meta, la deriva con forma de guardabarros, situada en el lado interior sobre el neumático, comenzó a vibrar intensamente antes de romperse, pasar por debajo del fondo plano, dañar el neumático y poner fin a la carrera del francés.
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“La parte delantera del coche se rompió, pasó por debajo del fondo plano, lo destrozó todo… Es un coche de plástico, la verdad”, lamentó Hadjar a micrófono de Canal+, visiblemente frustrado por haber dejado escapar su sexta posición. Además, el francés explicó que intentó advertir al equipo por radio cuando la pieza comenzó a vibrar, pero Racing Bulls le comunicó que todo estaba bajo control.
“A unas diez vueltas del final, vi cómo el extremo del alerón delantero se iba totalmente al diablo en la recta”, añadió el piloto ante los medios internacionales, incluido Motorsport.com. “Se lo informé al equipo, pero ellos estaban confiados. Honestamente, sabía que se iba a romper, y una vez que cedió, todo pasó por debajo del piso y destruyó todo el coche.”
On peut voir la pièce manquante sur le pneu à droite de la photo.
Foto de: Sam Bloxham / LAT Images via Getty Images
El Gran Premio de Qatar estuvo marcado por el choque entre Pierre Gasly y Nico Hülkenberg, además de la convergencia de estrategias de casi todos los equipos hacia una parada en la vuelta 7 bajo el coche de seguridad. Con este escenario, todos los autos (salvo los McLaren) se vieron obligados a regresar a boxes en la vuelta 32 para cumplir con el límite de 25 vueltas por juego.
Este panorama, sumado a un trazado donde los adelantamientos son casi imposibles, resultó en una carrera poco animada desde la perspectiva de los pilotos. “Eso hace que la carrera sea realmente aburrida”, confesó Hadjar. “Y el hecho de contar con un número máximo de vueltas permitido con un juego de neumáticos limita enormemente lo que puedes hacer a nivel estratégico.”
“Es un circuito donde es complicado adelantar. Tenía a George [Russell] bajo control cuando era más veloz que yo, pero podría haberse quedado detrás durante 100 vueltas más. Simplemente, fue una mala carrera.”
El stint de 25 vueltas impuesto también significaba que, en esas 25 vueltas, los pilotos debían atacar sin descanso. “Fue duro, honestamente debería haberme quedado en casa, porque fue una pérdida de tiempo”, agregó Hadjar.
Las fotos de la carrera del Gran Premio de Qatar
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