En otra de esas noches mágicas en París, que ni siquiera podía imaginar cuando era niña y el fútbol femenino aún no era profesional, Aitana Bonmatí se consagró con el Balón de Oro por tercera vez consecutiva, convirtiéndose en la jugadora más laureada de la historia al superar a la española Alexia Putellas, quien había alzado el trofeo en dos ocasiones.
El podio de este año lo completaron Mariona Caldentey, campeona de la Champions League y subcampeona de la Eurocopa con España, y Alessia Russo, quien se destacó al conquistar la Orejona con el Arsenal y la Eurocopa con Inglaterra.
Un año de Oro
La catalana, al igual que en 2023 y 2024, tuvo un año de ensueño. En total, anotó 20 goles y brindó 16 asistencias. Con el Barcelona, logró conquistar la Liga F, la Copa de España (donde el Barsa goleó 5-0 al Real Madrid en la final) y la Supercopa española.
A pesar de esto, la jugadora también se llevó una espina clavada en el ámbito continental: perdió la final de la Euro 2025 contra Inglaterra y la de la Orejona ante el Arsenal, otro gran equipo del año. No obstante, lo más relevante fue el proceso y el rendimiento. En este aspecto, la crack blaugrana superó a todas. De hecho, deslumbró con sus goles, asistencias, velocidad y juego colectivo.
Unas palabras desde el corazón
Tras recibir el premio de manos de Iniesta, Bonmatí improvisó un emotivo discurso. “Como en todos los años, el teatro impresiona. Gracias a France Football y quiero aclarar que cualquiera podría haberlo ganado, ha sido un gran año para todas“, expresó Aitana.
Luego, destacó los esfuerzos para lograr una mayor equidad en el deporte: “Quiero agradecer a la organización, ya que por primera vez compartimos los mismos premios con la categoría masculina. La igualdad es algo que hemos demandado durante mucho tiempo y espero que haya llegado para quedarse“, concluyó la oriunda de San Pedro de Ribas.

