A sus 22 años, Carlos Alcaraz logró su segundo título en el US Open al vencer a Jannik Sinner en una finale presenciada por miles de fanáticos y figuras del deporte y la cultura. El ambiente en el Arthur Ashe Stadium fue increíble, y mientras la rivalidad entre el español y el italiano sigue marcando el tenis actual, Alcaraz ha compartido sus claves para prepararse antes de un partido que le otorgó su sexto Grand Slam.
Según relata El Mundo, sus entrenadores y familiares identificaron hace tiempo la relación del tenista con elteléfono móvil como una preocupación especial. Hoy, el número dos del mundo ha cambiado sus hábitos para mejorar su rendimiento. “He comprendido lo esencial que es descansar y alimentarse adecuadamente. He tomado ese camino. Si las cosas van bien fuera de la cancha, también van bien dentro”, confesó el tenista tras vencer a Novak Djokovic en las semifinales.
Esta reflexión nació tras una temporada caracterizada por la autodisciplina y por el impulso de su entrenador, Juan Carlos Ferrero, para reducir la exposición a las pantallas. Durante mucho tiempo, las conversaciones para disuadir al tenista español del uso excesivo del teléfono fueron frecuentes hasta hace poco, buscando cuidar su descanso y vida social. “El móvil, Charly, el móvil”, era una de las advertencias que escuchaba el joven.
Ferrero también admitió en Wimbledon: “Hablemos de otra cosa”, cuando la prensa tocó el tema de su insistencia con el dispositivo. Luego, el extenista compartió con El Mundo su preocupación: “Es difícil aceptarlo, pero los jóvenes hoy no tienen momentos de soledad: de reflexión, de descanso. Pasan todo el tiempo mirando la pantalla y es complicado combinarlo con el deporte profesional. Ojalá no empeore, porque si no todos pareceremos zombis”, reflexionó más tarde el tenista.
Por este motivo, durante el torneo en Nueva York, Alcaraz se esforzó por mantenerse alejado del teléfono en el hotel Lotte New York Palace. Al mismo tiempo, la limitación de salidas lo llevó a desarrollar otros intereses: jugar al golf, maratones de películas como Pulp Fiction, El indomable Will Hunting o Shutter Island, además de la serie Suits. Estas actividades se complementan con cenas junto a su equipo, su familia y un grupo cercano de amigos que lo acompaña en casi todos sus viajes internacionales.
Así, personas como Joserra, Antonio, Rubén y Germán le brindan un soporte familiar y estable, algo que considera fundamental: “Estar con ellos y desconectar también es muy importante. Me permite concentrarme al máximo en el torneo”, enfatizó. El tenista evita depender de la tecnología para mantener sus amistades, llevando la esencia de Murcia a cada ciudad que visita.
Asimismo, la reciente maduración de Alcaraz lo llevó a repensar la importancia de sacrificar ciertos aspectos sin dejar de lado sus raíces. Una decisión polémica dentro del circuito se tomó tras su temprana eliminación en el Masters 1000 de Miami. En ese momento, decidió viajar con su familia a la Riviera Maya. Desde entonces, ha alcanzado ocho finales consecutivas, con solo dos derrotas: ante Holger Rune en el Torneo Conde de Godó y frente a Jannik Sinner en Wimbledon. “Desconectar es vital”, aseguró el murciano.
De esta forma, su método se diferencia del de otras figuras del circuito y se sustenta en el equilibrio entre disciplina, descanso de calidad y relaciones personales sólidas. Porque el cambio de hábitos le ha permitido llegar fresco, tanto física como mentalmente, a cada desafío del calendario.
