Aunque no lo parezca, Palmeiras se enfrentó a Fortaleza con la vista puesta en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores ante River. Y es que, a pesar de alinear a la mayoría de suplentes —hasta el punto en que el único que repitió en comparación con el partido de ida fue el arquero Weverton—, el equipo de Abel Ferreira consiguió una contundente victoria 4-1 frente al de Martín Palermo. Es cierto que la diferencia se marcó cuando ingresaron algunos titulares, pero la mayoría no sumó minutos.
El primer gol llegó a los 10 minutos, obra de Raphael Veiga desde el punto penal. Sin embargo, esa ventaja no se tradujo en dominio en el juego. Fortaleza, que se encuentra en zona de descenso con apenas 18 puntos, salió rápido al ataque con la intención de rescatar al menos un empate. Y al comienzo lo logró, porque Crispim estableció la igualdad parcial a los 23 minutos. Desde ese momento, el encuentro se tornó trabado y con escasas oportunidades, entre un equipo más enfocado en lo que viene y otro al que el empate no le venía mal.
Pero la historia cambió en el segundo tiempo… Ramón Sosa comenzó a hacerse notar, dejando rivales en el camino, e incluso estrelló un remate en el travesaño que recorrió toda la línea. Finalmente, el ex Talleres recibió su recompensa y marcó el 2-1 con un potente sablazo cruzado.
Y no quedó ahí, porque, sorprendentemente, a los 20 minutos Ferreira hizo ingresar a Vitor Roque, Evangelista, José López y Andreas Pereira, los únicos jugadores de campo habituales titulares que sumaron minutos. A pesar de lo inesperado, la decisión funcionó, ya que el ex Fulham brilló en los 20 minutos que estuvo en el campo: hizo lo que quiso y se convirtió en el responsable de que el partido se transformara en goleada.
Con un espectacular remate al ángulo, anotó el 3-1 y su primer gol en el club, que pagó 10 millones de euros por su fichaje. Pero en Palmeiras no solo hay individualidades; la nueva estrella del Verdao selló el 4-1 tras una magnífica jugada colectiva en la que tocaron literalmente todos. Su definición de lujo terminó por confirmar lo que ya era un golazo: la tomó de aire y la cruzó al palo derecho del desafortunado Leite.
Así, un Palmeiras que se presentó vestido de Brasil (y vaya que honró a la Canarinha) llega fortalecido, tras una victoria convincente, con buen juego y una goleada, ocupando el segundo lugar en el Brasileirao con 49 puntos, a solo uno de Flamengo y, sobre todo, mostrando una imagen completamente opuesta a la que exhibió River contra Atlético Tucumán.

