La organización de los Juegos Asiáticos de Invierno 2029 ha cobrado una incertidumbre notable tras el anuncio de que Arabia Saudita y el Consejo Olímpico de Asia (OCA) están considerando la posibilidad de trasladar la sede del evento a otro país. Esta decisión se debe a las dificultades que enfrenta el país para cumplir con los plazos de construcción de Trojena, el centro de esquí elegido para albergar la competencia en el marco del megaproyecto Neom. Así lo indica un informe de Bloomberg, que detalla el estado de las negociaciones y los desafíos constantes que enfrenta la audaz iniciativa saudí para convertirse en anfitrión de grandes torneos internacionales.
Según el medio mencionado, la situación ha llevado a las autoridades saudíes a entablar conversaciones informales con China para que el gigante asiático asuma la organización del evento. También se ha reportado que Riad busca explorar alternativas en caso de que el cronograma original de Trojena no pueda cumplirse. Paralelamente, el Comité Olímpico y Deportivo de Asia se ha puesto en contacto con el Comité Deportivo y Olímpico de Corea para considerar otras opciones, tal como lo confirmó un funcionario coreano en un comunicado citado por Bloomberg.
La relevancia de los Juegos Asiáticos de Invierno dentro de la política global saudí explica el hermetismo y la cautela que rodean esta situación. Para el país árabe, el evento es no solo una oportunidad deportiva, sino un hito esencial vinculado a su estrategia de transformación internacional: Neom se presentó en 2017 como uno de los desarrollos urbanos más ambiciosos del planeta, con una inversión estimada que ya supera los 1,5 billones de dólares (tres veces más de lo que se había calculado inicialmente). Trojena, la estación de esquí proyectada, representa la principal apuesta invernal del proyecto y, según la consultora MEED mencionada por el medio, requiere una inversión de 19.000 millones de dólares solo para su desarrollo.
Los problemas que enfrenta Arabia Saudita no son menores. Trojena se está construyendo en una región del desierto saudí que carece de nieve natural, lo que implica la necesidad de intervenciones técnicas para generar y conservar nieve artificial, abastecer de agua la montaña y crear lagos artificiales de gran escala. Estas circunstancias, junto a los retrasos presupuestarios y la caída en los precios internacionales del petróleo, han incrementado la incertidumbre sobre la viabilidad de completar la infraestructura a tiempo. A pesar del discurso oficial optimista, las preocupaciones sobre el cumplimiento de los plazos han llevado a Arabia Saudita a considerar discusiones preliminares sobre un posible cambio de sede, especialmente durante la primera parte de 2025.
A pesar de que un portavoz de Neom afirmó en declaraciones reproducidas por Bloomberg que las obras avanzan “según un plan por etapas” y que la coordinación con el Consejo Olímpico de Asia permanece activa, los temores sobre la posible falta de preparación han aumentado en los últimos meses. El OCA, consciente de los riesgos, está considerando la opción de esperar hasta el próximo año para tomar una decisión definitiva.

La posible reubicación del evento mantiene en vilo a la región y a los países que han sido contactados. Arabia Saudita podría solicitar oficialmente a China que asuma la organización de los juegos de 2029, permitiendo que el reino se encargue de la edición de 2033, una alternativa que podría ofrecer un respiro y permitir avanzar en la megainfraestructura diseñada.
China, que organizó la más reciente edición de los Juegos Asiáticos de Invierno en Harbin este año, ha expresado su disposición a colaborar. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró a Bloomberg: “Apoyamos a Arabia Saudita en la organización de esta edición de los Juegos Asiáticos de Invierno. Desconocemos el desarrollo que usted mencionó”.
Por su parte, el Comité Olímpico y Deportivo de Corea anunció que la opción fue elevada a su gobierno, sin que hasta el momento se haya tomado una decisión formal. El caso de Trojena y Neom no es un fenómeno aislado. El megaproyecto saudí ha enfrentado numerosos contratiempos, como lo que ha sucedido con otros componentes centrales del desarrollo: los rascacielos gemelos conocidos como The Line y la isla de lujo Sindalah, ambos también afectados por demoras y cambios respecto a los planes originales. La magnitud y complejidad de Neom lo han convertido en un paradigma global de grandes construcciones que deben lidiar con la rigidez de presupuestos fluctuantes, innovaciones técnicas y retos medioambientales.
En relación con el futuro de los Juegos Asiáticos de Invierno, Bloomberg subraya que su impacto va más allá del ámbito deportivo: suelen convocar a miles de atletas olímpicos y atraer a decenas de miles de espectadores de países como China, Japón, Corea del Sur e India, quienes compiten en disciplinas como hockey sobre hielo, snowboard, patinaje de velocidad y esquí en diversas modalidades. Además, Arabia Saudita ya se ha hecho con la organización de importantes eventos futuros, como la Copa Mundial de Fútbol de 2034, por lo que cualquier contratiempo repercute en su imagen como organizador de confianza.