Frustrado. Golpeado. Damián Ayude se expresó tras la eliminación de San Lorenzo ante Central Córdoba. La roja a Romaña por un supuesto cabezazo a Perelló, que nunca ocurrió, y un penal sancionado por un agarrón, consecuencia del llamado del VAR a Novelli, explican parte de esta injusta salida. Este final doloroso dejó una herida profunda en un equipo joven que había logrado un semestre brillante, repleto de evolución y carácter.
El entrenador eludió comentar las decisiones arbitrales que marcaron el encuentro: “El arbitraje no lo pude analizar bien. Todo fue muy reciente y quizás ustedes lo vieron mejor que yo. Había situaciones que se podían haber evitado . Aquellos que apoyan ese penal, deberían sancionarse doce penales por tiempo. Si Romaña realmente le dio un cabezazo, que no lo hizo, tendría que haber sido roja directa. Con un penal y un jugador menos, la situación se torna complicada.”
San Lorenzo –
Romana vio la roja
Pese a la frustración por la eliminación, Ayude destacó el desempeño de los jóvenes. “Me hubiera gustado que estos chicos continúen en la competencia. Tienen que quedar en la gran historia de San Lorenzo. No debemos olvidar todo lo vivido; hay que tener memoria. Estos chicos merecen un lugar en la historia grande del club”, comentó Ayude, visiblemente emocionado por la forma en que se escapó la clasificación.
Central Córdoba –
Luego del VAR, Central Córdoba empató de penal
El agradecimiento a la gente
Damian no solo dejó un mensaje a sus jugadores, sino que también expresó su gratitud hacia la gente de San Lorenzo que viajó a Santiago y a quienes diariamente agradece por haber clasificado a la Sudamericana. “Es difícil de explicar, es un orgullo muy grande. Me pasó en Reserva cuando perdimos las dos finales. Me alegra que quieran a mis futbolistas; la afición de SL es muy especial, nosotros los queremos mucho. Este fue un semestre inolvidable: que te pidan un abrazo o una foto, es impagable… Ha sido un semestre de ensueño. Quiero dejar en claro que queremos devolver todo ese cariño partido a partido.”
El vestuario reflejaba cruda realidad del impacto emocional. “No hablé con los jugadores sobre estos temas. Estaban muy dolidos y destrozados. Como entrenador, verles esa competitividad me llena de orgullo. Los chicos que no jugaron estaban devastados y eso habla del grupo. Les agradecí por cómo se defendieron a pesar de ser repetitivos, y a pesar de la derrota, no quise insistir en ello.”
Ayude también se tomó el tiempo para valorar el camino recorrido: “Es complicado expresar felicidad. Como cuerpo técnico, hemos tenido un semestre maravilloso; dirigir la Primera de SL era un sueño.” Y cerró con un mensaje de resiliencia: “El dolor no debe durar demasiado. Ahora tendrán unos días de descanso y luego empezará el trabajo. Tenemos que mantener a nuestras familias. Serán días difíciles, pero hay que seguir adelante.”
Central Córdoba –
