Marcelo Bielsa se enfrentó este jueves a la prensa uruguaya en la conferencia más tensa desde que asumió su cargo en 2022. La dura derrota 5 a 1 contra Estados Unidos fue un golpe significativo, y la primera pregunta fue si contemplaba renunciar a la selección. Mientras se acomodaba en su silla, expresó: “Sigo adelante con la misma fuerza desde el primer día para continuar con la selección hasta el Mundial. Si alguna vez consideré que no debía continuar, no es este momento”, aseguró.
Asimismo, desmintió que los jugadores hubiesen solicitado su salida a los dirigentes. ” Tengo información directa de los protagonistas. No puedo guiarme por los trascendidos”, afirmó el Loco.
“No tengo la sensación de reclamo hacia nadie, pero sí siento que lo que se ve afectado después de una actuación como la de hoy es la gestión que realizo del partido, de los jugadores, de los recursos”, sostuvo.
“Todo lo que se informa persigue ciertos intereses. Además, hay algo que es claro respecto a este tipo de trascendidos: lo que se difunde nunca es por el bien, sino que hay intereses detrás de lo atractivo que resulta este ámbito, tanto para quienes lo vivimos como para los que aspiran a hacerlo, lo cual es completamente legítimo. Siempre que surge un momento propicio para desestabilizar a una conducción, quienes tienen intereses fomentan esa situación”, describió el entrenador argentino.
“Durante la conversación, hablé extensamente con el presidente (Alonso) y con Jorge (Giordano, director de selecciones). La conclusión de nuestra charla es que el proyecto seguirá exactamente como está hasta el Mundial. Esa es la síntesis y conclusión final de nuestra conversación. Por lo tanto, traslado esa información; así finalizó la charla”, afirmó.
No obstante, sí reconoció que recibió cuestionamientos en su contra. “Las diferencias que pudiera haber en el clima interno de la selección están relacionadas con los numerosos reclamos sobre mi comportamiento. Hablar de todo esto tras un 5-1 no sé si es apropiado, pero las preguntas van en esa dirección y debo responderlas. Hago autocrítica de manera constante, evaluando qué puedo hacer para atender todos los reclamos sin dejar de parecerme mínimo a mí mismo”.
Además, recordó las críticas de Luis Suárez, delantero que ya ha finalizado su vínculo con la Celeste. “Suárez expresó lo que expresó y tuvo el efecto que tuvo. Nunca respondí a cada afirmación de su mensaje; sí lo discutí internamente con los jugadores. Un episodio como ese, lo que ocurrió en esa ocasión, no es lo que estamos acostumbrados ni lo que yo solía considerar aceptable, que los reclamos se hicieran públicos y no en el ámbito privado. Sin embargo, eso sucedió, y no albergo rencores ni deseo de venganza”, respondió.
“Los jugadores pueden expresar su descontento con el entrenador y encontrar formas de canalizar ese reclamo, porque cada reclamo tiene su lugar natural. Si convivo con los jugadores y estamos mucho tiempo juntos, esos reclamos deberían llegar allí. Ese episodio resalta dos cuestiones: se puede reclamar, acusar, hacerlo públicamente, o evitar el camino que todos elegimos: si hay disputas en casa, no abramos la ventana para que los demás vean cómo nos peleamos. Esto aplica a nuestras casas, y también a la selección”, agregó sobre la crítica del compañero de Messi en el Inter Miami, quien afirmó que se les quiso impedir el saludo a los hinchas en la Copa América 2024.
Sin nuevos convocados
Además, descartó convocatorias futuras. “No creo que haya caras nuevas. Puede que falten jugadores importantes, pero recuperar a ciertos jugadores no implica incorporar caras nuevas. Son futbolistas que están ausentes por lesiones. Si ve alguna figura que merezca un lugar protagónico y que tenga capacidad para resolver la problemática del equipo que no sean los que menciono habitualmente, no, no lo veo. Hemos disminuido mucho nuestra capacidad para generar goles, y hay equipos diseñados para defender y contraatacar, mientras que nosotros estamos estructurados para jugar en campo rival y tratar de marcar más goles. Hace tiempo que generamos pocas situaciones y anotamos pocos goles. Pero ese es un problema del equipo, no de los delanteros. La cuestión del equipo es hacer que la pelota llegue a la zona donde los ataques comienzan a concretarse, no por casualidad, sino a través de una idea, de una secuencia de pases, que haga pensar que al acercarnos al área rival, un último pase, un desborde o un centro nos pondrá en posición de convertir”, analizó.

