Más que una (semi)final, lo que se verá este viernes para River será una prueba crucial para reafirmar el nivel de tensión y presencia que deslumbró ante Racing en Rosario, pero que en lo que va del año ha sido esporádico. Esta inconsistencia ha generado problemas al equipo de Marcelo Gallardo en los momentos decisivos, donde históricamente se ha mostrado fuerte. El objetivo es alcanzar su primera final de Copa Argentina tras su regreso a Núñez.
El Muñeco, en este caso, deberá transformar este desafío en una oportunidad. Y, en un cruce que al menos en cifras es significativo, dirigirá a River por 40ª vez en la CA. Un certamen que le ha brindado grandes satisfacciones (tres títulos: 2016, 2017 y 2019) y donde espera recuperar la mística que definió su era.
Aunque sus dos copas Libertadores -2015 y 2018- destacan por encima de cualquier otro logro de MG, el tricampeonato en el torneo que reúne a todas las categorías de AFA también ha marcado el pulso de su primer ciclo. Hasta tal punto que fue acceso directo a la CL 17, no así en 2018, donde se clasificó por el subcampeonato doméstico y por el título en la CA. En esa edición, solo perdió una vez en 90 minutos: frente a Rosario Central en 2015.
Las estadísticas de Gallardo en este torneo son contundentes: suma 30 victorias y ocho empates. Las eliminaciones se produjeron en la caída 0-2 en San Juan y en cuatro encuentros decididos por penales: CARC en 2014, Gimnasia en 2018, Boca en 2021 y Patronato en 2022; mientras que avanzó en otros cuatro (Ferro, Colón, Gimnasia de Mendoza y Unión).
Sin embargo, los números en contexto adquieren un peso diferente. Aunque este año los registros son casi perfectos -tres victorias en cuatro partidos y sin goles en contra- solamente en el 1-0 ante Racing se vislumbró a un equipo sólido, alineado con las expectativas de MG.
Tanto es así que ante Unión avanzó gracias a los reflejos de un Franco Armani que brilló en la definición por penales. ¿Las otras dos victorias en 2025? Ante un Ciudad de Bolívar que en tercera división luchaba por el ascenso (ya logrado) a la Primera Nacional y contra San Martín de Tucumán, de la PN.
Tiempo de mejorar
Este River del Muñeco ha enfrentado dificultades este año en esos duelos sin margen de error que antes casi disfrutaba jugar. La derrota en la final de la Supercopa Internacional ante Talleres marcó el inicio de un año en el que luego fue eliminado por Platense (cuartos del Apertura) y Palmeiras (perdiendo ida y vuelta, aunque con matices en su rendimiento).
No pudo marcarles ni a Libertad en Paraguay (0-0) ni a Unión, un contraste frente a aquella alegría que parece haber contribuido al despegue tras el Mundial de Clubes en Estados Unidos.
Va por otra final
De eso servirá la excursión a Córdoba. Será una oportunidad para consolidar la tendencia en el torneo bajo la dirección de Gallardo, pero también para mejorar las estadísticas. Además, lo hará frente a un adversario que no llega en su mejor forma, aunque ha demostrado fortaleza en el torneo. Este River, que hace pocos días cayó como local ante uno de los equipos que luchan por la permanencia (Sarmiento), no puede permitirse relajarse por sus logros pasados.
Será una prueba. Un partido que exigirá estar presente y enfocado en las necesidades. Deberá jugar con esa intensidad -y, si es necesario, ese pragmatismo- que lo llevó a neutralizar a Racing en el Gigante, una semana después de un tropiezo ante Palmeiras. Una victoria lo llevará a la final, dejándolo a un partido de la Libertadores. Ideal para que el Muñe celebre las 40.