Oliver Bearman protagonizó la historia más alentadora del Gran Premio de México de Fórmula 1 con una brillante carrera que lo llevó a un meritorio cuarto puesto, aunque sería demasiado simplista atribuir su destacada actuación únicamente a un golpe de suerte.
Haas presentó en Austin mejoras significativas de final de temporada, tras un largo desarrollo, rompiendo así la tendencia del grupo medio, donde la mayoría de los competidores ya están enfocados en 2026. Según el director del equipo, Ayao Komatsu, el impacto del nuevo piso fue “muy positivo”.
A pesar de un inicio complicado durante el fin de semana sprint en Austin, las mejoras permitieron a Bearman clasificarse en el octavo lugar y concluir en el noveno, brindando a Haas un impulso necesario en su intento por salir del penúltimo puesto en el campeonato de constructores.
Su actuación en Austin condujo a Bearman, que aún necesitaba un fin de semana limpio sin puntos de penalización para evitar el riesgo de suspensión, a declarar: “Espero que seamos el coche más rápido del grupo medio, así no tendremos que pelear con nadie. Ese es el plan.”
La predicción de Bearman resultó ser acertada… al menos en un 50 %, y en el mejor sentido posible.
El británico mostró cierto descontento ante la idea de ceder la primera práctica libre al piloto de Toyota, Ryo Hirakawa, en México, ya que nunca había tenido la oportunidad de correr en el particular y de bajo agarre Autódromo Hermanos Rodríguez, con las complicaciones que implica competir a 2.200 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, la FP2 demostró que Haas tenía un ritmo de carrera competitivo: la tanda con neumáticos blandos de Bearman fue la segunda más rápida, justo entre los dos McLaren. A pesar de que los datos de tandas largas debían ser tomados con precaución, Bearman pareció experimentar un poco más de degradación que los coches a su alrededor. No obstante, ajustando por la diferencia de neumáticos, su compañero Esteban Ocon también mostró competitividad en su stint con neumáticos duros.
Esteban Ocon, Haas F1 Team
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Durante la clasificación, el coche de Haas resultó más complicado de equilibrar, pero aun así, Bearman logró superar a Ocon por sexta vez consecutiva y se recicló en la Q3, donde consideró que su décimo puesto fue “agridulce”, lo cual no deja de ser una señal positiva.
La sanción de cinco posiciones para Carlos Sainz permitió que Bearman partiera desde el noveno lugar en la parrilla. Este se colocó en el interior de la larga recta hacia la primera curva. Bearman tuvo una excelente vista de lo que George Russell describiría como “una carrera de cortadoras de césped”, y, gracias a los coches que se salieron del trazado, el joven de 20 años escaló rápidamente al sexto puesto.
Una situación similar se presentó en la vuelta 6, cuando Lewis Hamilton y Max Verstappen salieron de pista mientras competían entre sí, lo cual también ralentizó a Russell y dio pie a una maniobra oportuna de Bearman por el interior de la curva 6, logrando así posicionarse en el cuarto lugar.
Bearman demostró gran instinto, aunque admitió que la idea de competir rueda a rueda con Verstappen lo puso algo nervioso.
“Tuve una buena salida. Me metí entre los dos Mercedes“, recordó Bearman. “Luego, Hamilton y Max tuvieron un leve toque y también me beneficié de eso. Honestamente, me estaba cagando de miedo al ir lado a lado con Max, pero fue realmente genial correr así con personas que he estado observando desde que comencé a ver F1. Lo tuve en mis espejos durante mucho tiempo, así que probablemente fue la mayor presión que sentí en una carrera.”
Entre las múltiples maneras de sufrir la “venganza de Moctezuma” en Ciudad de México, enfrentarse directamente a un tetracampeón mundial habría sido comprensible. Sin embargo, Bearman logró evitar cualquier incidente, manteniendo a raya a Verstappen a través de las eses, frenando muy tarde en la curva 7 y manteniendo el coche en la dirección correcta.
Max Verstappen, Red Bull Racing, Oliver Bearman, Haas F1 Team
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De repente, Bearman se encontró en el cuarto puesto. ¿Por pura fortuna? El novato se benefició indudablemente de los incidentes que ocurrieron frente a él, pero sus dos siguientes stints contestarían esa interrogante de manera categórica.
Con neumáticos blandos mostró un notable ritmo al controlar a Verstappen, e incluso logró distanciarse ligeramente del Red Bull, que montaba medios. Ese buen rendimiento, sumado a la sanción de 10 segundos impuesta a Hamilton, hizo que Bearman y su equipo Haas soñaran con un podio histórico tras la primera ronda de paradas en boxes, con su padre eufórico mientras su hijo superaba a su compañero, Yuki Tsunoda, que aún no había entrado a pits.
En los espejos de Bearman, los tonos azul oscuro del RB21 de Verstappen fueron reemplazados por el plateado y gris del Mercedes de Andrea Kimi Antonelli, y poco después apareció el otro Mercedes de Russell, quien finalmente recibió permiso para adelantar tras un tenso intercambio por radio, aunque ninguno logró superarlo.
Lo que en un principio parecía ser una carrera a una sola parada para la mayoría de los líderes cambió cuando Bearman formó un tren de DRS junto a los dos Mercedes y Oscar Piastri, todos atrapados en el aire sucio.
Con el objetivo de maximizar sus puntos —y potencialmente mantener su liderazgo en el campeonato—, Piastri inició una serie de decisiones que lo llevaron a cambiar a una estrategia de dos paradas buscando aire limpio.
Esa maniobra llevó a que reaccionaran Russell y Antonelli, y Haas decidió cubrir al australiano con Bearman. Esto liberó a Verstappen, quien probablemente no podía creer su suerte al ver cómo el grupo de coches delante de él despejaba el camino, permitiéndole cuidar sus neumáticos blandos hasta el final con una estrategia a una sola parada, algo que manejó con sorprendente consistencia. Verstappen se desvaneció de la vista.
Lewis Hamilton, Ferrari, Max Verstappen, Red Bull Racing
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¿Habían renunciado Bearman y Haas a un posible podio en ese instante? Considerando que el neerlandés estuvo a punto de superar a Leclerc por el segundo puesto, es poco probable.
Pero en ese momento no podían saberlo; incluso el ingeniero de carrera de Verstappen, Gianpiero Lambiase, desconocía si su piloto estaba en una o dos paradas, como se evidenció en un divertido intercambio en la radio.
Por lo tanto, fue una decisión pragmática por parte de Haas proteger esas posiciones con la mira puesta en el campeonato de constructores. Si Bearman no hubiera parado, habría corrido el riesgo de ser superado por tres coches y caer al séptimo lugar, lo cual no habría sido suficiente para adelantar a Sauber en la clasificación.
“Por lo que entendí, iba a llevar ese neumático hasta el final, hasta que me llamaron a boxes”, explicó Bearman. “Creo que en nuestra posición habría sido arriesgado intentar quedarnos fuera, ir por el podio y potencialmente terminar sextos o séptimos. Considero que tomamos la decisión correcta al consolidar, aunque eso pudo habernos quitado la oportunidad de un podio.”
La segunda parada de Haas tuvo el efecto deseado de protegerse del undercut, aunque esta vez la situación detrás volvió a cambiar, con Piastri superando primero a Antonelli y luego a Russell con el McLaren.
Sin embargo, tras unas tensas 12 vueltas finales, Bearman se mantuvo firme, apoyado también por un Virtual Safety Car tardío que le privó a Verstappen de la oportunidad de adelantar a Leclerc y a Piastri de superar a Bearman. No obstante, incluso Piastri admitió que habría sido “muy difícil” superar a Bearman, quien logró un meritorio cuarto lugar, igualando el mejor resultado histórico de Haas y superando su propio sexto puesto en Zandvoort.
A continuación, se produjo un emotivo intercambio con su familia y su equipo, pero en medio de la euforia, Bearman también ofreció un análisis claro de su carrera.
“Bueno, definitivamente hubo suerte”, comentó. “Si hubiera terminado la vuelta cinco en el décimo puesto como comencé, probablemente habría acabado noveno u octavo. Pero logramos colocar el coche en el lugar adecuado, y a veces eso sucede.
“Pero en realidad también tuvimos el ritmo para mantenernos allí. Tuve a Max detrás de mí en el primer stint, luego a Kimi, después a George y a Oscar, y ninguno pudo atacarme. Así que algo estábamos haciendo bien.”
Se dice que es mejor tener suerte que ser bueno. Bearman demostró contar con ambas cualidades.
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