«¿Cómo andás, wey… Dale eh». Con estas palabras, Hirving Lozano se dirigió a Gilberto Mora al final del partido de las estrellas entre la MLS y la Liga MX en Austin, Estados Unidos.
El breve intercambio, captado en un video que se difundió a través de la cuenta de TikTok de la Liga BBVA México, se transformó en uno de los momentos más comentados tras el encuentro, al resaltar la proyección de un joven talento que, con apenas 16 años, ya genera expectativas en el fútbol mexicano.
El partido, que reunió a los mejores futbolistas de ambas ligas, terminó con una victoria de la MLS por 3 a 1 sobre la Liga MX.
A pesar del resultado desfavorable para el conjunto mexicano, la actuación de Gilberto Mora, jugador de Xolos, acaparó la atención de los aficionados y expertos.
Su desempeño se destacó no solo por el gol que anotó, sino también por el nivel mostrado en la cancha, lo que lo consolidó como una de las figuras emergentes del evento.
Según el video publicado por la Liga BBVA México, el encuentro entre Lozano y Mora ocurrió justo después del pitido final.
El delantero experimentado, con una trayectoria consolidada en Europa y un rol clave en la Selección Mexicana, se acercó al joven para ofrecerle un consejo directo y motivador.
La reacción de Mora, sonriente y claramente emocionado, mostró el impacto de recibir palabras de aliento de una figura de referencia en el fútbol nacional.
La presencia de Mora en el partido de las estrellas no fue casualidad. Ya había llamado la atención por su rendimiento en la Copa Oro, y su inclusión en el selectivo de la Liga MX para enfrentar a la MLS ratificó su ascenso meteórico.
A pesar de la derrota, su actuación individual se destacó entre los convocados, generando múltiples reacciones en redes y medios especializados.
El evento en Austin fue una plataforma para futbolistas que brillaron tanto en sus clubes como en sus selecciones, pero fue la irrupción de un adolescente como Gilberto Mora la que hizo la diferencia en la percepción del público y los analistas.
La interacción con Lozano sumó un matiz simbólico: el relevo generacional y la transferencia de experiencia entre jugadores de distintas etapas, en un contexto donde la proyección internacional y el desarrollo de jóvenes talentos se han vuelto prioridades para el fútbol mexicano.
