28 de agosto de 2025 08:49

Colectivero, llevó al Puma Martínez a la elite y busca revolucionar el boxeo argentino: Rodrigo Calabrese, la mente detrás del campeón. El entrenador, que fue distinguido en la Legislatura Porteña y se posiciona entre los mejores de la historia en su rubro, anticipó su ambicioso plan, que va más allá de la pelea por unificación ante Bam Rodríguez

El entrenador, que fue distinguido en la Legislatura Porteña y se posiciona entre los mejores de la historia en su rubro, anticipó su ambicioso plan, que va más allá de la pelea por unificación ante Bam Rodríguez

Nadie ha logrado los cuatro cinturones en Argentina. Vamos en busca de eso y de transformar el boxeo argentino. Es necesario cambiar la mentalidad; es complicado, pero todos los que nos apoyen van a hacer historia con nosotros.”

La frase, pronunciada con firmeza por Rodrigo Calabrese, entrenador y responsable máximo de la exitosa carrera de FernandoPuma” Martínez, resume la magnitud del reto que enfrenta el boxeador de La Boca antes de su próxima pelea contra Jesse “Bam” Rodríguez, por la unificación de los títulos de peso supermosca CMB, OMB, AMB y The Ring. El objetivo va más allá de lo deportivo: implica una apuesta por un cambio estructural en el boxeo nacional, una transformación que trasciende la mera conquista de títulos y se enfoca en la profesionalización y el reconocimiento internacional del deporte en el país. En una conversación exclusiva con Infobae, el entrenador, quien ha sido reconocido por la Legislatura Porteña y se sitúa entre los mejores de la historia en su campo, detalla la estrategia, los desafíos y la visión a futuro que acompañan este momento decisivo.

La unión entre Calabrese y Martínez nació hace más de una década, en un contexto donde la familia, el barrio y el boxeo se entrelazaban de manera inseparable. “Fue como un amor a primera vista con este pibe”, recuerda Rodrigo, quien no dudó en dejar su trabajo como colectivero de la Línea 29, que le proporcionaba seguridad y estabilidad económica, para perseguir su gran sueño: ser boxeador y luego perfeccionarse como entrenador. Desde siempre mostró pasión por el deporte de los puños, e incluso llegó a practicar taekwondo porque le “gustaba pelear”. Durante esos años, fue un confidente en la vida del Puma Martínez, especialmente para su padre, quien falleció tras una dura enfermedad y nunca dejó de asegurarle que su hijo sería campeón mundial. En el momento en que Fernando más lo necesitaba, Rodrigo estuvo presente, primero para guiarlo en la vida y, a partir de ahí, catapultarlo a la elite del boxeo mundial.

Puma Martínez viene de defender

Calabrese evoca esos inicios de su relación, cuando Fernando Martínez tenía apenas 16 años y ambos compartían viajes en colectivo con familiares y amigos para asistir a los entrenamientos. “Llevábamos a toda la familia, los subíamos al bondi y nos íbamos con la banda a verlo. Yo trabajaba en el colectivo y guardo muy buenos recuerdos de Fernandito, a quien siempre admiré”, subraya. La historia personal de Rodrigo también está marcada por una tradición familiar, esta vez en la Línea 29, ubicada en el centro de su ciudad natal, República de La Boca. Su abuelo fue presidente y su padre sigue trabajando allí desde “hace mil años”. Todo esto añade una dimensión emocional a su labor. “Ya no es lo mismo que antes en cuanto a las peleas, ahora las sufro más. Cuando hay sentimiento, se viven de otra manera”, admite, refiriéndose a la intensa conexión afectiva que caracteriza su relación profesional y personal con el boxeador.

La preparación para la próxima pelea, que podría consagrar a Martínez como el primer argentino en obtener los cuatro cinturones, ha estado marcada por obstáculos y una planificación meticulosa. Como él mismo reconoce, Calabrese se ha caracterizado por ser un “cabeza dura”, lo que le ha permitido alcanzar todos los logros, aun cuando pocos confiaban en ello. Así, de cara al nuevo desafío y con muchos más recursos que antes, la estrategia incluye una intensa preparación física en Argentina, aprovechando la infraestructura local —cámaras hiperbáricas, piletas, gimnasios— y una estadía de casi dos meses en Las Vegas, donde contarán con dos sparrings fijos, uno por mes, además de sesiones con boxeadores locales. El plan contempla también la posibilidad de realizar parte de la preparación en Arabia Saudita, gracias al interés de un patrocinador internacional que ya ha iniciado gestiones en el país.

La dimensión empresarial y mediática es fundamental en la visión de Calabrese. Como responsable también de la empresa CMP (Chino Maidana Promotions), sostiene que el boxeo argentino necesita adoptar el “glamour” y la organización que caracterizan a los grandes espectáculos deportivos de Estados Unidos. “Es necesario cambiar la mentalidad del boxeo argentino; debe ser prolijo, como lo es la Fórmula 1, la NBA y el fútbol”, afirma, explicando que la estructura que está construyendo busca atraer marcas y sponsors, profesionalizar la gestión y garantizar transparencia en la administración de recursos. “El evento que realizamos con ESPN en el Sur nos costó una fortuna; no era necesario hacerlo con tanta inversión, pero traté de ofrecer todo lo mejor posible para el espectáculo”, concluye, enfatizando su apuesta por la calidad y la visibilidad.

Puma Martínez celebra en Japón

La experiencia acumulada en el circuito internacional ha sido clave para comprender las diferencias entre el boxeo argentino y el de primer nivel. Calabrese relata que, durante una reciente conferencia de prensa en Nueva York, quedó impresionado por el nivel de organización y profesionalismo, y se propuso replicar ese modelo en el país. “Quiero traer un poco de allá para acá. Es costoso, no es fácil; tal vez tomará un par de años, pero esa es mi meta”, sostiene. La tarea, admite, implica vencer resistencias, negociar con sponsors y medios, y romper con prácticas arraigadas que han limitado el desarrollo del boxeo local. “Lo que ofrecía hace diez años era ‘mira que este va a andar, este es un fenómeno, está para grandes cosas’; ahora te digo lo mismo. Creo que el nivel en el que está Fernando merece ese tipo de espectacularidad. Mi boxeador está por hacer historia y ser el mejor de todos. Estamos aquí para transformar el boxeo argentino, y cuando lo logremos, todos se darán cuenta”.

El camino ha estado lleno de desafíos. Calabrese recuerda las negativas y los obstáculos que encontraron al principio, cuando muchos promotores y empresarios preferían apostar por otros boxeadores. “Nos cerraron puertas en la cara constantemente”, afirma, destacando que el éxito actual es resultado de la perseverancia y el trabajo conjunto. La relación con el Puma Martínez, describe, se ha convertido en una sociedad de mutuo cuidado: “Yo lo protejo a él, pero él me protege a mí. A veces no se da cuenta, pero en muchos aspectos me cuida. Esa es la clave para los logros”.

La proyección internacional de Fernando Martínez es otro de los pilares del proyecto. Rodrigo Calabrese enfatiza que el boxeador es respetado en México, Estados Unidos y Japón, y que el objetivo es conseguir que ese reconocimiento también se refleje en Argentina, con mayor difusión mediática y la posibilidad de transmitir la pelea por un canal de aire. “Estamos negociando y es difícil, pero no imposible”, admite, subrayando la necesidad de aprovechar el momento para abrir nuevas oportunidades comerciales y de imagen, tanto para el boxeador como para el deporte en general. “Quiero que él tenga su jubilación y continúe generando ingresos sin necesidad de tener que golpear. Como el Chino (Maidana), que es el único que sigue siendo relevante y la sigue rompiendo. Porque te aseguro que al resto no les prestan atención afuera”.

Rodrigo Calabrese junto a su

El entrenador reconoce que el éxito de Martínez podría abrir un abanico de posibilidades: presencias internacionales, eventos, espectáculos y el desarrollo de una marca personal que trascienda el ring. “Mi visión es más empresarial y, aunque no puedo revelar mucho, todo apunta en esa dirección”, explica, subrayando que el objetivo es construir una carrera sostenible y exitosa más allá de la etapa competitiva, además de impulsar el deporte nacional.

La revolución que Calabrese propone para el boxeo argentino implica romper con viejas estructuras y prácticas. “Por eso estoy convencido de que se puede llevar a cabo una revolución aquí; antes se apropiaban de todo, les daban un número determinado para realizar un evento grande y lo armaban con menos de la mitad y te presentaban algo de baja calidad”, denuncia, y celebra haber logrado eliminar intermediarios y prácticas deshonestas en la gestión de la carrera de Martínez. “Ese vínculo que ahora tenemos con los mejores se ha ganado a pulmón y a base de sacrificio. Él es quien pone la cara, pero yo estoy detrás de todo para protegerlo de ese lío”.

En este sentido, el Puma Martínez también comparte su perspectiva y resalta la figura de su entrenador: “Estoy muy orgulloso de Rodri porque nadie logra concretar cosas con los números uno. Aquí cierran las puertas a todos; cuando les dan un presupuesto para un evento de, por ejemplo, 500 lucas, lo hacían con 50 y no debe ser así. La gente de afuera lo sabe, por eso no dejan que nadie llegue. Que nosotros hayamos llegado y que nos hayan abierto las puertas es porque saben que nuestro trabajo es honesto y de sacrificio, y que no queremos perjudicar a nadie. La verdad es que me siento muy orgulloso de todo esto junto a él”.

Rodrigo Calabrese es el entrenador

El desafío inmediato es que la próxima pelea de Fernando Martínez, que podría ser transmitida por una importante cadena deportiva internacional para Argentina, marque un antes y un después en la historia del boxeo nacional. “Estoy formando un gran equipo que va a dar que hablar. Todos los que nos acompañen harán historia con nosotros. No tengo dudas de que lo conseguirán en la pelea”, anticipa Calabrese, quien está en negociaciones con medios de México, Estados Unidos y Japón para garantizar la máxima difusión del evento. La expectativa es alta, tanto como la ambición de Rodrigo, que no dudó en dejar el colectivo cuando muchos le decían que estaba loco. “Todos quieren ganar dinero, pero el problema es si ese es tu único objetivo. Yo quiero ser grande con todo: con Fernando, como promotor y para revolucionar el boxeo argentino”.