El fin de semana pasado, la conmoción se sintió en los estadios de Europa y América, donde jugadores y aficionados rindieron homenaje a Diogo Jota, no solo con momentos de silencio, sino replicando su celebración más icónica en el campo.
Sentarse en el césped y simular jugar con un joystick invisible, un festejo gamer que el delantero portugués popularizó y que ahora se ha convertido en un legado duradero entre quienes compartieron su amor por el fútbol y los videojuegos.
Tras su repentina pérdida, jugadores como Ousmane Dembélé aseguraron que el homenaje fuera inmediato: el atacante del PSG anotó frente al Bayern Múnich y, en pleno Parque de los Príncipes, cruzó las piernas y se sentó en el césped, recreando el gesto icónico con el que Jota festejó varios de sus goles con Liverpool.
También Raúl Jiménez, Diogo Gonçalves y Hany Mukhtar se unieron a los tributos, propiciando un símbolo que trasciende equipos y fronteras.
Para comprender la magnitud de la figura de Diogo Jota en el mundo gamer, es necesario retroceder a su infancia, cuando recibió su primera PlayStation y se dio cuenta de que la pelota podía rodar tanto en el césped como en una consola.
Según el diario As, desde pequeño, los simuladores de fútbol se convirtieron en su pasatiempo, y con el tiempo, esa afición creció hasta convertirse en una pasión tan fuerte como su carrera profesional.

El videojuego FIFA le brindó tantos momentos de alegría y desafío como el fútbol en la vida real, y con el tiempo esta afición se transformó en una habilidad excepcional reconocida a nivel mundial.
El portugués ganó notoriedad en el ámbito de los videojuegos durante el confinamiento por la pandemia. Según Anfield Watch, en 2020, mientras el fútbol se detenía, Jota se proclamó campeón invicto de la ePremier League Invitational tras vencer a su compañero Trent Alexander-Arnold con un gol de oro.
No fue un resultado al azar. Ese año, registró un récord de 30 victorias en el modo FUT Champions de FIFA 21, colocándose entre los 20 mejores del ranking mundial y logrando incluso ocupar el primer puesto, según medios especializados.

La conexión entre Jota y el videojuego FIFA, ahora llamado EA SPORTS FC, fue mucho más allá de la consola. Durante varias temporadas, fue una de las figuras elegidas para campañas publicitarias y eventos oficiales en competiciones digitales.
También representó a Europa en diversos certámenes internacionales: en FIFA 22, disputó el Global Series Qualifier oficial, situándose entre los mejores 320 jugadores del continente, lo que lo llevó a enfrentarse a campeones mundiales e íconos de la comunidad gamer.
El equilibrio entre su carrera profesional y su faceta como gamer dejó anécdotas memorables.
Una de las más recordadas fue el día que tuvo que abandonar un torneo online para jugar un partido crucial con Liverpool.
Esa jornada, tras avisarle a su oponente de FIFA que no podía continuar, salió al campo y anotó dos goles reales en la victoria sobre el Southampton.
Su forma de celebrar consistió en sentarse en el césped y simular que jugaba con el control, gesto que rápidamente se convirtió en su sello personal y, a su vez, en un tributo recurrente de sus compañeros.

Jota también amplió su influencia en el mundo de los e-sports, fundando su propio equipo, que inicialmente llevó su nombre y más tarde fue renombrado como Luna Galaxy tras asociarse con la organización internacional Galaxy Racer.
Según goal.com, su equipo participó en torneos globales, como la Esports World Cup en Arabia Saudita, donde Jota ofreció charlas, compartió experiencias con figuras locales y subrayó la importancia del desarrollo e inversión en el ámbito de los deportes electrónicos.