28 de agosto de 2025 16:44

Djokovic y su trayectoria: cómo los bombardeos y la pobreza forjaron su ambición y competitividad en el tenis global

Desde pequeños, los entrenadores estaban convencidos de que Novak Djokovic iba a ser un gran jugador (YouTube:@xyxyxyxyYOUification)

Novak Djokovic es considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, con 24 Grand Slams a su nombre. Sin embargo, su crianza y su camino hacia las canchas es una historia que merece ser contada.

Tras cada saque, cada devolución y cada mirada distante en la hierba londinense, surgen recuerdos de su infancia marcada por la guerra, la escasez y un entorno familiar centrado en el esfuerzo cotidiano que resulta esencial contar.

Djokovic nació en Belgrado en 1987, en una familia de bajos recursos, cuyas vidas estuvieron marcadas por la inestabilidad política y la amenaza constante en la Yugoslavia de los años 90, como el propio tenista contó a BBC Sports.

Dos años después, sus padres, Srdjan y Dijana, decidieron mudarse con él a la estación de esquí de Kopaonik con la esperanza de hallar un futuro mejor. Allí abrieron varios negocios, desde una pizzería hasta una tienda de ropa y una crepería, intentando sobrellevar la difícil situación económica del país azotado por el embargo.

Kopaonik, cubierta de nieve durante seis meses al año, se convirtió en un inesperado semillero de talentos luego de que instalaran tres canchas de cemento frente a sus negocios.

Creció en Belgrado bajo el

La llegada de la entrenadora Jelena Gencic, quien había descubierto a Monica Seles, fue clave: “Dijeron que yo era un niño de oro”, recordó Novak en una entrevista con CNN hace años. Gencic convenció rápidamente a sus padres de invertir lo poco que tenían en una carrera tenística que parecía improbable.

Según cuenta Daily Mail, en ese tiempo, la familia trabajaba como instructores de esquí por el día y servía en la pizzería por la noche para juntar el dinero necesario para que Novak pudiera seguir jugando, aunque cada hora de práctica costara 25 marcos (aproximadamente 15 dólares) en pleno contexto de hiperinflación.

La familia se esforzaba al máximo para brindarle a Novak todas las oportunidades posibles. Un momento clave fue cuando decidieron subarrendar unas viejas canchas de arcilla en el hotel Brzece, donde el joven mejoró su técnica durante los veranos bajo la atenta mirada de Gencic, mientras el resto de la familia se encargaba de alquilar las otras canchas para cubrir los gastos de su talento, según Daily Mail.

Aprendió a jugar tenis en

La guerra fracturó Yugoslavia y, hacia 1997, la falta de oportunidades llevó a la familia a regresar a Belgrado, creyendo que allí habría al menos condiciones mínimas para que Novak pudiera desarrollarse.

La herida más profunda de la infancia de Djokovic se produjo en 1999, cuando la OTAN bombardeó Serbia durante 78 días para intentar derribar el régimen de Milosevic y expulsar a las tropas de Kosovo.

A los 11 años, un estruendo y la vibración de los vidrios quebrados lo despertaron en la madrugada del 24 de marzo; observó a su madre caer desmayada y, junto a sus hermanos, se deslizó por las oscuras calles de Belgrado en busca de refugio, tal como relató en su autobiografía Serve to win.

Su familia abrió una pizzería

El primer refugio fue el sótano de su abuelo, donde pasaron meses junto a numerosos vecinos, viviendo entre la humedad, el miedo y las noches en vela, escuchando caer las bombas.

Nos despertábamos dos o tres veces cada noche… Vivimos en el sótano de la casa de mi abuelo. Pasaba casi todo el día en ese búnker”, contó en CBS, añadiendo que solo salía por las mañanas cuando el cese del bombardeo le permitía practicar un rato.

En ese ambiente de incertidumbre, sobrevivir se convirtió en la prioridad. Las largas filas a las cinco de la mañana para conseguir leche o pan eran parte de la rutina de miles de familias, como Novak ha recordado a Sony Sports Network.

La madre de Novak, según declaró al diario serbio Mondo, fue el pilar que sostuvo emocionalmente a la familia en su pequeño departamento de setenta metros.

Su madre fue el pilar

Su padre, Srdjan, exfutbolista y esquiador, compensó la falta de recursos con fe: “Tuve un ejemplo en mi padre, que fue perseverante y creyó en mí, incluso cuando yo no lo hacía”, reconoció Djokovic.

Su padre, exfutbolista y esquiador,

La convivencia del miedo se convirtió en algo habitual: 20 familias compartiendo el sótano mientras afuera estallaban puentes, hospitales y barrios enteros.

De esta experiencia, el tenista dice haber obtenido algo fundamental: “Saco varias cosas positivas de vivir en guerra, como tener más hambre de éxito”, comentó en un especial de CBS.

“Me hizo más fuerte y ayudó a convertirme en el número uno”.

Cuando era pequeño, compartía el

En una conferencia de prensa en 2020, Djokovic resumió: “Ese fue mi fundamento: el hecho de venir literalmente de la nada y de la vida difícil, junto con mi familia y mi pueblo… Recordar de dónde vengo siempre me inspira y motiva a esforzarme aún más”.

A pesar de las bombas y el apagón constante, su rutina de tenis nunca se detuvo. En esos días sin clases, Jelena Gencic diseñaba un mapa de canchas en Belgrado: seleccionaba los clubes o lugares que habían sido bombardeados el día anterior, convencida de que los aviones no atacarían los mismos lugares dos veces, según relató CNN.

Así, entrenaban hasta cinco horas diarias bajo el riesgo de ser sorprendidos. “Decidimos dejar de tener miedo”, escribió Djokovic en su libro. “Tras tanta muerte y destrucción, simplemente dejamos de escondernos. Una vez que comprendes que te encuentras realmente impotente, un cierto sentido de libertad te envuelve”.

De niño, tomó clases de

Su desarrollo deportivo siguió en el Club Partizan de Belgrado, donde encontró una segunda familia y forjó lazos con futuras figuras como Ana Ivanović. “Es el club que tiene en su corazón”, resumió Dusan Grujic, presidente del club, en BBC Sports.

A la edad de 12 años, con la guerra dejando huella, la familia viajó a Alemania para que entrenara con Nikola Pilić, quien se convirtió en una figura paterna en el tenis y sigue brindándole consejos hasta hoy.

Novak Djokovic tiene 100 títulos

Djokovic para muchos serbios representa la perseverancia transformada en éxito tangible. Es un héroe nacional y embajador de una imagen renovada, incluso cuando aún persisten las heridas de la guerra en la memoria colectiva.

Mi meta es ser número uno”, declaró en la televisión serbia cuando solo tenía siete años. Cumplió su promesa años más tarde, en 2011.

Hoy, su historia resuena con más fuerza que cualquier grito en un estadio: la del niño que aprendió, en medio del conflicto, a nunca dejar de luchar.