Luis Vázquez atraviesa un momento complicado en el Anderlecht de Bélgica. El delantero, quien fue vendido por Boca después de su compra a Patronato en una operación millonaria que generó grandes expectativas, hoy lucha por mantener la continuidad en la liga belga, y sus estadísticas evidencian una notable disminución en su participación dentro del equipo.
En lo que va de la temporada, Vázquez fue titular en 11 de los 21 partidos disputados por el conjunto de Bruselas, pero su situación ha cambiado drásticamente en las últimas semanas: en cuatro de los últimos cinco encuentros comenzó en el banco y en los dos más recientes no sumó ni un minuto. Este presente enciende alarmas sobre su rol en el equipo y su evolución futbolística.
Este contexto contrasta con la fuerte inversión que realizó el club belga en su contratación. Tras una larga negociación, Anderlecht mejoró la oferta y concretó su incorporación por siete millones de euros más un 15% de plusvalía. El Xeneize, que lo había adquirido a Patronato en 2019 siguiendo la recomendación del entonces director deportivo Nicolás Burdisso, cerró así una de las ventas más significativas de su mercado reciente. El conjunto de Paraná, dueño del 30% del pase, también se benefició con una parte de la transferencia.
Vázquez llegó a Europa como una apuesta de proyección tras un ciclo sólido en La Ribera. Debutó el 27 de diciembre de 2020 ante Huracán, disputando 97 partidos (43 como titular), marcando 16 goles y ganando cuatro títulos: Copa Diego Maradona 2020, Copa Argentina 2021, Copa de la Liga 2022 y Liga Profesional 2022.
Su crecimiento lo posicionó en el radar de varios clubes europeos, hasta que Anderlecht decidió avanzar formalmente y asegurarlo por cinco años. Hoy, con 24 años y alejado de la continuidad que tuvo en Boca, Vázquez enfrenta un desafío inesperado: recuperar su lugar, adaptarse al ritmo del fútbol belga y demostrar por qué fue una de las apuestas más fuertes del mercado.






