El desembarco de Lewis Hamilton en Ferrari se convirtió en uno de los hitos más resonantes de la temporada vigente de la Fórmula 1. El piloto británico, célebre por sus éxitos en Mercedes y su influencia más allá de los circuitos, afronta un contexto especialmente exigente al enfundarse el mono rojo de Maranello. Su llegada al mítico equipo italiano generó expectativas altas, tanto entre los hinchas de la escudería como en la prensa especializada.
Desde su arribo, Hamilton ha mostrado motivación por el desafío que implica Ferrari. En diálogo con L’Equipe, afirmó que en esta escudería “todo se amplifica… por la marca y todo lo que la gente siente por ella. No importa en qué parte del mundo estemos, conducir un Ferrari siempre despierta una emoción. No se me ocurre ninguna otra marca de coches, ninguna otra marca en el mundo que despierte tanta emoción”. La intensidad que rodea a cada carrera y el peso simbólico de la marca influyen directamente en la mentalidad del siete veces campeón.
La etapa de Hamilton en Ferrari transcurre entre altibajos deportivos. Tras 16 carreras, el británico se sitúa en la sexta posición del Campeonato de Pilotos con 117 puntos, lo que lo deja 46 unidades por detrás de su coequipero Charles Leclerc y 207 respecto al líder Oscar Piastri. La prensa italiana puso el foco en la presión mediática y en las críticas tras una serie de resultados irregulares y errores estratégicos que condicionaron el rendimiento del equipo, aspectos que el propio Hamilton reconoció al declarar que “para Ferrari, más que para cualquier otro equipo, este título significaría mucho. Pero también me gustaría mucho ganar el título de pilotos”.

Sin embargo, la conducción no es el único plano importante en la vida del británico. Lewis Hamilton se erige también como una figura visible en la intersección entre el automovilismo y la moda global. Su presencia en las principales semanas de la moda y sus reflexiones sobre la importancia del estilo personal suman una dimensión distinta a su perfil público. “Cuando estoy en el mundo de la moda, tengo que mostrar a una persona diferente porque hay que tener confianza, mostrar un estilo, una forma de andar, una actitud. Hay que creer en ello. No puedes llevar algo fuerte o atrevido sin confianza. En la Fórmula 1, trabajo con gente. No es lo mismo; tengo que conectar con ellos. Simplemente son actitudes diferentes según dónde esté”, explicó Hamilton al medio francés.
El interés del siete veces campeón por la moda trasciende lo estético y se manifiesta como un proyecto de inversión y crecimiento personal. Según afirmó, “la moda me interesa mucho. Quiero invertir aún más en ella”. Esa doble exposición en lo deportivo y lo creativo le permitió ampliar su influencia y consolidar su imagen como referente de los nuevos códigos culturales dentro de la Fórmula 1.
Por último, también se refirió a su vida personal y familiar, a la que procura mantener coherente con su entrega profesional. Hamilton ha declarado públicamente su decisión de aplazar la formación de una familia mientras continúe activo en la competición.

“Siempre me impresionan Roger Federer, Novak Djokovic y otros grandes como Tom Brady, que tienen familia y siguen rindiendo. Para mí, simplemente no ha sucedido. No es una prioridad. Mi prioridad ha sido mi amor por la Fórmula 1. El amor de mi vida es la F1. Amo este trabajo casi más que nada. Mi sobrina y mi familia siempre serán la prioridad, pero… no me gusta hacer las cosas a medias; no daría el 100%. No digo que a otros no les guste”, detalló el piloto a L’Equipe.
Hamilton describió las exigencias del automovilismo de alta competencia y cómo repercuten en sus decisiones personales: “Tengo que ser tenaz, entrenar, ser súper diligente, involucrarme. Algo tiene que sufrir. No quiero tener que elegir: o las carreras sufren para que la familia triunfe, o la familia sufre para que las carreras triunfen. Por ahora, no tengo que elegir, y estoy feliz de centrarme en una sola cosa. Y, aunque lo sacrifique todo por ello, es muy difícil tener éxito. Claro, imaginé lo genial que sería que uno de mis hijos viniera a ver el Ferrari, se maravillara, pudiera subirse a él, compartir este universo. Porque las carreras han sido la parte más importante de mi vida, desde pequeño”.
En ese marco, la atención global se posa sobre el próximo Gran Premio de Azerbaiyán, donde el británico tendrá otra oportunidad para recuperar terreno en la clasificación. En el ambiente ferrarista, la esperanza sigue puesta en la capacidad de Il Cavallino Rampante para cortar la sequía de títulos de constructores —que data de 2008—, un objetivo que Hamilton también pretende alcanzar como uno de los grandes desafíos de su carrera.