El pibe de Tandil, Del Potro, celebra 37 años y su legado en la lucha contra el Big Three en el deporte argentino

Juan Martín Del Potro, apodado la Torre de Tandil por su 1,98 metros de altura, celebra hoy su cumpleaños número 37. Su trayectoria comenzó a los 6 años en el Club Independiente de Tandil bajo la tutela del prestigioso entrenador Marcelo Gómez. Su historia es un relato de talento nato y una resiliencia inquebrantable que lo colocó entre los deportistas más destacados de Argentina.

A los 11 años, Del Potro escribió una predicción que el tiempo confirmaría: “Mi sueño es ganar el US Open y ser el número 1 del mundo”. A pesar de las lesiones que marcaron su carrera, logró alcanzar el primer anhelo al ganar el Grand Slam estadounidense en 2009 y casi cumplió el segundo, alcanzando el puesto número 3 en el ranking mundial el 13 de agosto de 2018.

Sus sueños se forjaron recorriendo el país. “¡Ese Polo verde debería tener 500 mil kilómetros!”, decía Gómez sobre el icónico auto de Daniel Del Potro, su padre y médico veterinario, quien falleció en 2021. El propio Delpo lo recordaba con emoción: “Mi papá y el ‘Negro’ se subían al auto y hacían kilómetros. Íbamos al norte, al sur, a cualquier lugar del país donde hubiera un torneo importante. Juntaban con esfuerzo el dinero para viajar, presentarme y jugar. Salíamos a veces durante 13 o 14 horas, llegábamos, jugábamos y a los dos días volvíamos”.

Juan Martín Del Potro junto

Desde su debut como profesional en el ATP Challenger en 2005, el ascenso de Del Potro fue impresionador. Su poderosa derecha, uno de los golpes más potentes del circuito, lo llevó rápidamente a la élite. En 2008, a los 19 años, logró un hito al conquistar cuatro títulos consecutivos en el ATP Tour y cerrar el año en el Top 9, afianzándose como una de las mayores promesas del tenis.

El punto culminante de su carrera llegó el 14 de septiembre de 2009 en Nueva York. A los 20 años, el Trilli hizo historia al coronarse campeón del US Open. En su camino, derrotó al entonces número 3 del mundo, Rafael Nadal, en semifinales, y luego, en una épica final de cinco sets, venció a la leyenda Roger Federer, poniendo fin a una racha de cinco títulos consecutivos del suizo en Flushing Meadows. Fue el único Abierto de su carrera, pero indudablemente el más emblemático.

Aunque su victoria en la Gran Manzana es su mayor logro, el verdadero valor de Del Potro radica en haber sido uno de los pocos tenistas que supieron desafiar consistentemente a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Durante la época de dominio absoluto de este trío, la Torre no solo se interpuso en su camino hacia el triunfo en Grand Slams y Juegos Olímpicos, sino que fue uno de los escasos jugadores capaces de derrotar a cada uno de ellos en su mejor momento. Su presencia en el circuito siempre representó una amenaza real para la hegemonía del Big Three, probando que el talento y la potencia de su derecha podían desbaratar cualquier pronóstico.

A partir de ahí, la historia del tandilense se convirtió en un vaivén entre la cumbre del deporte y la sala de operaciones. Varias lesiones en muñecas y rodillas lo obligaron a parar en numerosas oportunidades, poniendo en riesgo su carrera repetidamente. Cada regreso fue un acto de fe, y cada logro, un milagro. Su medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y, sobre todo, la medalla de plata en Río 2016, donde venció a Djokovic y a Nadal antes de llegar a la final, son testamentos de su incansable espíritu de lucha.

Juan Martín Del Potro se

Más allá de sus logros personales, Del Potro fue clave para que la Selección Argentina de Tenis ganara la Copa Davis en 2016. Su histórica remontada ante Marin Cilic en la final, tras estar abajo por dos sets, se convirtió en uno de los partidos más memorables del torneo y un factor decisivo para que el país levantara por primera vez la Ensaladera de Plata.

La carrera de Delpo, que abarca 439 victorias y 174 derrotas, terminó de la manera más emotiva en su tierra natal, en febrero de 2022. Su despedida del tenis, entre lágrimas y con el aplauso unánime del público en el Argentina Open, dejó claro que su legado no se mide solo en títulos, sino en la inspiración que generó en millones de personas. Juan Martín Del Potro no fue solo un tenista, sino un símbolo de que el talento, cuando se combina con la perseverancia, puede superar los mayores obstáculos. Su historia enseñó que, más allá del resultado final, lo importante es la lucha, que es en sí misma la verdadera victoria.