El piso de la Banda: algo se quiebra en River entre la gente y el equipo

“Es una pena / nada más que una pena / te golpea cuando es demasiado tarde / te golpea cuando estás mal / Es un juego de tontos / nada más que un juego de tontos / parado bajo la lluvia fría / sintiéndote como un payaso.” De esta manera, con una traducción al español, se puede interpretar la letra de la canción It’s a Heartache, de Bonnie Tyler, lanzada a finales de los 70. Adaptada al contexto argentino y coreada por decenas de miles de hinchas, el mensaje cobra otra dimensión: “Jugadores, la c… de su madre, a ver si se dan cuenta que no juegan con nadie”. En el caso de River, el escenario que llevó a todo el Monumental a entonar ese himno de protesta a los 47’ del ST contra Sarmiento de Junín tiene un origen que, curiosamente, se asemeja al de la versión original: quizás demasiado tarde, cuando ya se han perdido muchas esperanzas, cansados e impotentes bajo una fría llovizna, los hinchas estallaron.

Los revisionistas del tablón afirman, en estas horas, que la última vez que sonó el tema en el Liberti, cuyo título podría abreviarse como Jugadores, fue un lejano noviembre de 2013. En aquella ocasión, tras un semestre flojo y una eliminación de la Copa Sudamericana a manos de Lanús, Olimpo venció 3-1 al equipo dirigido por Ramón Díaz. Es necesario un viaje al pasado para encontrar una racha tan negativa para un equipo que ostenta el escudo del CARP: la última vez que perdió seis partidos de siete fue en 1982, hace 43 años, en una racha donde el único triunfo, curiosamente, también fue contra Racing, un rival histórico.

La reacción de los hinchas ante Sarmiento (Foto: Marcelo Carroll).La reacción de los hinchas ante Sarmiento (Foto: Marcelo Carroll).

Esta vez, sí, algo se rompió definitivamente entre el equipo y la gente. O al menos entre algunos jugadores y los hinchas. Bajo la cortina de agua y los insultos, hubo futbolistas que no fueron apuntados, especialmente los más jóvenes. Fue más bien una explosión producto de una nueva derrota humillante para el escudo, tras otra pesada frente a Riestra, esta vez contra un rival que atraviesa un momento aún peor, pero también fue un desahogo por la bronca acumulada a raíz de una serie de decepciones. El proceso futbolístico anodino de River ha sido constante: exceptuando esos primeros seis meses de Demichelis con la obtención de la LPF, desde 2022 el hincha casi nunca se sintió representado en la cancha.

Las eliminaciones en la Copa Libertadores, caídas abultadas como ante Platense en el Apertura o Talleres en la Supercopa, un Mundial de Clubes en el que miles de hinchas viajaron a la sede más remota de la competición, al lado de Canadá, para los encuentros contra Monterrey e Inter y ni siquiera tuvieron la oportunidad de celebrar un mísero gol: son numerosas las frustraciones en este tiempo que solo cuentan con las breves alegrías de las victorias en los últimos dos superclásicos. La gente se cansó de un equipo que carece de una línea de juego clara, que no responde en momentos difíciles, que no logró revertir ningún partido de los 11 en los que empezó perdiendo en 2025 y que, tras 41 partidos en los que había perdido solo dos veces, se desmoronó y se habituó a la derrota, acumulando seis de siete.

“¿Cómo no voy a entender al hincha?”, expresaba Gallardo tras el 0-1, un técnico que ya no puede actuar como parapeto ante un plantel que ha desgastado su relación con el público. El Muñeco, al igual que los héroes del pasado que aún están en el cuerpo técnico, por supuesto nunca será abucheado en su casa, sin importar lo que ocurra en la polémica calle online, pero es el principal responsable de una caída que terminó por colmar la paciencia del colectivo riverplatense hacia muchos protagonistas que tendrán un camino difícil para revertir la situación. Empezando por aquellos que llevan más tiempo en este proceso signado por derrotas, como Miguel Ángel Borja y Paulo Díaz, quien se volvió viral este lunes al ser el único jugador que no saludó a los hinchas tras la derrota.

El disgusto de Gallardo en el partido ante Sarmiento. (Foto: Marcelo Carroll).El disgusto de Gallardo en el partido ante Sarmiento. (Foto: Marcelo Carroll).

En la lupa de los hinchas

El Colibrí y el chileno no son los únicos. Colidio, a pesar de sus altibajos, fue uno de los futbolistas silbados tras la caída frente a Palmeiras, al igual que otros refuerzos recientes que no han logrado adaptarse y ni siquiera jugaron el domingo: Castaño, con un rendimiento deplorable este semestre, se vio afectado por un cóctel negativo que incluye sus pobrísimas actuaciones, el increíble gol desperdiciado en San Pablo ante el Verdao y la inversión cercana a los u$s 14.000.000 por su pase. Otros extranjeros, por actuaciones que no estuvieron a la altura del escudo, también fueron reprochados por la tribuna como Galarza y Boselli. En menor medida, se presenta una situación similar con dos de los primeros refuerzos de MG en este segundo ciclo, los irregulares Meza y Bustos.

En todo caso, más allá de algunas caras que tienen sus acciones muy bajas ante los hinchas, el descontento es general. Y promete intensificarse si el equipo no corta esta racha negativa ni cumple con los objetivos que le quedan en estos dos meses. Hoy, este parece ser el punto más bajo de la Banda…